Clarence Seedorf pone al delantero rumano como ejemplo de la actitud que espera de sus jugadores esta tarde en Vitoria, frente a un rival directo en la lucha por la permanencia
17 feb 2018 . Actualizado a las 19:13 h.Pasan las jornadas y el Dépor, lejos de acercarse a la permanencia, se va separando semana a semana. Tanto que ya casi no hay margen al error. Por eso, esta tarde (18.30 horas, beIN LaLiga) tiene una de sus últimas oportunidades para no descolgarse definitivamente de la lucha por la salvación. Juega en Mendizorroza frente a un rival directo, y Clarence Seedorf, que afrontará su segundo encuentro como entrenador deportivista, tiene la fórmula para imponerse: alinear once Andones.
Y es que el técnico holandés trata de perfilar un conjunto de «guerreros» que se muestre muy unido en el campo. Para ello, apostará por el once que el pasado lunes fue derrotado en Riazor frente al Betis, con la única novedad de Guilherme en lugar del lesionado Fede Valverde. Porque el entrenador neerlandés sostiene que el Dépor de la última jornada se mostró como un equipo organizado con muchos aspectos positivos (principalmente le gustó que las líneas jugaran muy juntas) que pretende potenciar en Mendizorroza a la espera de que el equipo crezca con el balón en los pies.
Guerreros unidos. Es lo que quiere un Seedorf que es consciente de la importancia que empieza a tener la competición por lo que intenta tener a todo su plantel concentrado las 24 horas del día. Por este motivo, se llevó ayer a Vitoria a los 21 futbolistas que tiene disponibles. Solo se quedaron en A Coruña los lesionados Fede Valverde y Koval, además de Sidnei, al que quiere darle una semana más de descanso antes de reincorporarlo a la dinámica de partidos.
Esa concentración que busca el entrenador holandés no se ciñe solo a la convocatoria para este encuentro. Desde que llegó ya busca tener activos a sus jugadores durante todo el día. Y para ello no dudó en programar entrenamientos matinales y vespertinos durante su primera semana en A Coruña, y no anunciar la hora de la sesión de cada jornada hasta la conclusión de la anterior. Tampoco desvela hasta poco antes del inicio del partido qué jugador quiere que porte el brazalete de capitán. Contra el Betis lo hizo Adrián en la primera parte y Celso Borges en la segunda. Frente al Alavés, lo decidirá hoy.
Dos meses sin ganar
Pequeñas estrategias con las que busca el único objetivo de reactivar una plantilla que lleva más de dos meses sin ganar y que apenas ha sumado dos puntos de los últimos 24 disputados. Unos números que lo han llevado a ser penúltimo, a tres puntos más el golaveraje de la salvación y ocho del Alavés, su rival de esta tarde.
Con este lastre llega Seedorf a Mendizorroza, el campo en el que se despidió como futbolista del Real Madrid en el invierno de 1999 en un partido que el Dépor ganó 1-3 y en el que vio una tarjeta amarilla. Casi veinte años después, aquel recuerdo ha desaparecido de su memoria y solo piensa en situar una nueva victoria en un casillero blanquiazul muy necesitado de ellas.
Enfrente tendrá un Alavés al que la llegada de Abelardo ha resucitado y que esta temporada llegó a estar ocho puntos por detrás de los coruñeses a situarse ahora otros tantos por encima. Dieciséis puntos más ha sumado la escuadra de Mendizorroza que la de Riazor en las últimas trece jornadas. Una situación que Seedorf confía en revertir con la táctica de los once Andones en el campo.