La plantilla blanquiazul ha utilizado el parón en la Liga para bajar la carga de trabajo físico y aumentar los ejercicios analíticos con el equipo de psicólogos
24 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Siete partidos disputados y solo tres puntos. Es el pobre bagaje de Clarence Seedorf al frente del Deportivo. Sin embargo, el técnico sigue aferrándose a las matemáticas y al milagro. De este modo, mantiene la esperanza de salvación. Una permanencia que cree que pasa, al cincuenta por ciento, por una mejoría futbolística y mental. Y así, trazó una nueva estrategia de cara a estas dos semanas de parón liguero en las que ha querido que sus futbolistas trataran de desconectar un poco de la actividad, les ha reducido la carga de trabajo y aumentado la labor mental.
Por este motivo, tras el empate frente al Las Palmas, el holandés concedió casi cuatro días de descanso a la plantilla para que, en muchos casos, aprovecharan para irse a sus casas y limpiar la mente. Y a la vuelta, redujo el ejercicio físico sensiblemente, al tiempo que se aumentó la estimulación mental.
Al disponer de más tiempo, el equipo psicológico que dirige Ricardo de la Vega pudo aprovechar para incrementar las sesiones con los jugadores. Han sido, en su mayoría, a título individual, y consistieron, principalmente, en realizar un análisis de los resultados obtenidos con anterioridad tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Técnicas de feedback
En estas reuniones se utilizan diferentes técnicas. Una bastante frecuente es la de dar el feedback, que puede ser o positivo o negativo. Así, el psicólogo muestra al futbolista algunos cortes de imágenes extraídos de sus partidos en los que su actuación estuvo acertada y tuvo una consecuencia positiva, frente a otras en las que erró en su conducta y provocó una situación negativa.
El deportista analiza con el especialista las conductas tácticas desde el punto de vista de las variables psicológicas que afectaron a la situación de acierto o de error: niveles de activación, de atención, concentración... Y a partir de ahí, tratan de establecer unos parámetros de actuación de cara al futuro: mantener la misma actitud o cambiarla, según la respuesta fuera positiva o negativa.
Otra estrategia está basada en el llamado biofeedback. El objetivo es que el futbolista logre un autocontrol individual. A través de sensores puede conocer si durante un partido se alteran las variables que afectan a la atención, la concentración o el estrés, por ejemplo. Con una serie de estrategias psicológicas puede llegar a ser capaz de bajar esos valores.
Poco a poco, Ricardo de la Vega y su equipo de trabajo van haciéndose con el grupo. De hecho, al psicólogo madrileño se le ha visto incluso en algunos desplazamientos del primer equipo. En este sentido, Clarence Seedorf se ha mostrado siempre partidario de complementar la labor deportiva con trabajo psicológico. Y la mayor parte de la plantilla también respalda esta decisión. «Es algo que me sorprende que no se utilizara antes en el club. Hoy en día el trabajo con el psicólogo es muy frecuente en el mundo del deporte profesional. Quizá este año no se note mucho porque se incorporaron tarde, pero seguro que de cara al futuro viene muy bien», explica Juanfran.
Y mientras el trabajo con los profesionales de la mente aumenta, Seedorf ha rebajado la carga física, con sesiones de menor intensidad y con descanso para algunos jugadores.
De esta manera, durante la presente semana han sido varios los jugadores que, por precaución, han realizado trabajo con los fisios y de gimnasio. El objetivo es que tras la sesión de descanso de mañana, el lunes la plantilla comience a preparar el encuentro contra el Atlético de Madrid tanto física como mentalmente en perfecto estado y tratar de dar la campanada en el Metropolitano.