El Deportivo en esta jornada ha hecho lo que está obligado a hacer un equipo que quiere recortar distancias: ganar y aprovechar el error del rival. Considero que esta semana, con tres partidos y donde hemos empezado muy bien, marcará el futuro de los dos adversarios. La razón me sigue diciendo que la remontada será complicada, que el Levante goza de un margen todavía amplio y que, además, por calendario, aunque es muy similar, lo tiene un poquito mejor. Por pasión, pienso que el Deportivo ha recuperado una línea competitiva que nos hace albergar esperanzas y, como siempre, en los finales de Liga pueden pasar muchas circunstancias, por qué no puede suceder una racha que el equipo no ha disfrutado en todo el año.
Para mí, una de las claves de este resurgir del Deportivo radica en la presencia de un centro del campo con más centrocampistas y un Çolak que le da al Dépor una claridad de mediocampo hacia delante de la que se aprovechan tanto Lucas Pérez como Adrián. Y tampoco me quiero olvidar del revulsivo que ha supuesto la entrada de Borja Valle en estos dos últimos encuentros, incluidos un gol y una asistencia en momentos absolutamente determinantes.
Me considero una persona bastante racional, pero en este momento me quiero dejar arrastrar por la pasión. ¿Por qué no vamos a ilusionarnos y sentir que todavía se puede? Va a ser clave la jornada que se disputará entre semana. Al Deportivo, de nuevo solo le vale ganar contra el Sevilla, pero sobre todo será un momento decisivo para el Levante, que no se puede permitir pinchar contra el Málaga. Este partido nos demostrará si la presión que el Deportivo pueda ejercer sobre él le está provocando las dudas que el equipo coruñés necesita para darle caza.