El Alcorcón anuló por completo la fórmula de Natxo, privado del arma de las acciones de estrategia
17 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El largo de banda del estadio de Santo Domingo mide 105 metros. La línea de fondo, 68. Son las dimensiones más repetidas en los campos de Primera y Segunda. Las que tiene Riazor, por ejemplo. El mismo espacio de juego para el Alcorcón y el visitante, aunque el Dépor consiguiese el sábado producir una ilusión óptica; convencer al público y al espectador de que los futbolistas blanquiazules se movían en un futbolín sin césped libre. La propuesta de los coruñeses no dio más de sí, desmontada en la jornada 5 por un rival bien plantado que interrumpió las líneas de pase en la medular, obligando a jugar en largo. Y ahí, no quedó más recurso que el de Carlos Fernández, forzado a salir del área para meterse en disputas sin futuro por falta de receptores para la prolongación o el rechace.
Hasta la entrada de Carles Gil, y el lógico paso atrás de los alfareros, a favor de marcador y cronómetro, Vicente fue la única baza a ras de hierba. No fue casualidad que él recibiera la cuarta parte de las veinte faltas que cometieron los de Cristóbal Parralo. Cinco de las infracciones del conjunto local dieron a los visitantes opción de jugada de estrategia. Y ahí también pinchó el recién descendido. Ni anotó, ni remató, ni estuvo cerca.
imprecisos y precipitados
Regalos al adversario
A los once minutos, Nono percutió sobre Pedro Sánchez en la perpendicular de la esquina izquierda del área grande. El alicantino ejecutó la acción a balón parado, como casi todas mientras se mantuvo en el campo. Didier Moreno tiró la finta y se quedó en condiciones de recibir el balón raso, pero el envío salió tan fuerte que llegó directo a manos del portero. La fórmula indirecta fue la más empleada en el saque de faltas en campo del Alcorcón. No produjo un solo remate y sí generó una expulsión de manera indirecta. En el minuto 90, Krohn cedió en corto hacia Caballo en lugar de colgar el cuero; con la marca encima, el lateral no pudo centrar y solo obtuvo un saque de banda, que puso en juego de inmediato hacia el danés, quien, de nuevo atosigado, perdió la pelota, la agarró con la mano y se fue a la calle.
inocentes en la esquina
Ni en corto ni en largo
A los dos minutos, Pedro Sánchez ya había escuchado el «presidente, presidente» que le amenizó cada saque de esquina. La presión pasó factura y el primero se lo entregó directamente a Toribio, defensa alfarero, cuando buscaba en corto a Cartabia. El segundo, de nuevo en sociedad con el argentino, murió también de inmediato, permitiendo una contra. Escarmentado, en los siguientes probó en largo, pero Esteban Burgos despejó el único que se acercó a zona de remate.
concesiones al rival
Atrapados en la trinchera
Mejor les fue a los de Cristóbal, que si no lograron aumentar la cuenta en acción de estrategia tuvieron al menos ocasión de hacerlo. El análisis de la fórmula de Natxo incluyó la defensa del balón parado, y ahí los madrileños sacaron partido del atrincheramiento blanquiazul frente a faltas próximas al área. Los de casa insistieron en el envío a la frontal, desprotegida, y desde allí llegaron centros limpios o disparos. Chutó Laure, en el minuto 23; el de Sangalli, en el 47, lo desvió Vicente bajo palos; y Casadesús y Dorca desperdiciaron los suyos ya con la victoria en el bolsillo.