El éxito de un Dépor de inicio a fin

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

Carlos Fernández marcó el primer gol deportivista del pasado sábado
Carlos Fernández marcó el primer gol deportivista del pasado sábado Gonzalo Barral

Carlos Fernández, que solo dejó de marcar una vez en Riazor, y Dani Giménez, sin encajar en las cuatro últimas en casa, guían el gran momento coruñés

26 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El octavo triunfo retrató las aristas de este Dépor: un éxito coral en el que las bajas y las rotaciones nunca han mermado el alto rendimiento exhibido en el primer tercio liguero, coronado por el espléndido momento de los dos futbolistas por los que comienza y acaba sus alineaciones. El portero Dani Giménez y el goleador Carlos Fernández protagonizaron el sábado dos momentos capitales. Solo el primero valió tres puntos, pero ambos se quedaron entre las imágenes más recordadas de un nuevo partido feliz en Riazor. Antes de llegar a los veinte minutos, Carlos Fernández se apropió de las armas de Quique para rematar en boca de gol un espléndido centro de Cartabia. A cinco del final, ya con 2-0 en el marcador, Dani Giménez resolvió con sendos paradones una doble ocasión de Osasuna: primero presumió de reflejos felinos para desviar un cabezazo de Saúl en el área pequeña hacia propia portería y, sin respiro, voló a taponar el rechace a bocajarro de Oier.

Ambos lances hablan claro de la buena línea de dos jugadores que llegaron el pasado verano después de vicisitudes bien distintas, pero que desde el primer día se han comprometido con el proyecto y estos colores: el meta, después de rechazar la oferta para quedarse con el Betis en Primera y Europa, había escuchado a su corazón para inclinarse por un club de portería caliente, pero que le abría la puerta a gozar de minutos después de varios años de banquillo y a luchar por su tercer ascenso. Sin jugar desde abril por culpa de problemas en la rodilla, Fernández había llegado el penúltimo día de mercado dispuesto a hacer realidad su fama de perla del fútbol español sin sitio en la primera plantilla del Sevilla y después de descender con el filial.

El delantero disfruta de una relación especial con Riazor, donde ha marcado los siete goles que acumula hasta ahora. Desde la siguiente jornada al estreno en casa no ha parado de marcar. Así lo saben el Málaga, el Elche (al que le endosó tres), el Reus, el Oviedo y el Osasuna, que se han marchado con las banderillas de un jugador tan letal como de fantasía. Para Giménez el buen rendimiento también comienza al amparo de su afición, que el sábado lo jaleó delante de su antecesor bajo palos, el osasunista Rubén. Diez goles encajados, la tercera mejor cifra de los porteros de Segunda, solo dos en A Coruña y cuatro partidos seguidos sin tener que recoger la pelota de la red, pero sobre todo la sensación de seguridad a una zaga que apenas le da oportunidad de intervenir.

Son dos de los bastiones de un Dépor sin nombres propios, un iceberg en el que emergen Dani Giménez y Carlos Fernández como lanzas de un proyecto destinado al ascenso.