Al fútbol se juega con la cabeza

Ricardo Vaz

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

05 abr 2019 . Actualizado a las 12:21 h.

Vítor no es ningún animal. Eso salta a la vista. En el Reus bromeábamos sobre el asunto y le decía que tenía que pasar más tiempo en el gimnasio para trabajar el cuerpo. Él me respondía que al fútbol se juega con la cabeza. «Si yo consigo ocupar un sitio en el que no hay nadie, ¿para qué necesito más cuerpo?», me decía.

Y así es el. Un jugador muy inteligente, que entiende el fútbol. Alguien a quien el equipo acudía en caso de duda. Y eso que la primera impresión es la de una persona reservada, poco comunicativa, pero eso se acaba cuando llegas a conocerlo. Incluso puede parecer que tiene cara de malo, siempre tan serio, y luego sin embargo resulta ser muy divertido, un gran apoyo para sus compañeros.

Conmigo la relación fue algo especial. Soy portugués, como él, y era mi primera experiencia lejos de casa, estaba un poco desconcertado. Pero ahí apareció él, alguien mayor, con tanta experiencia. Había tenido ya muchas vivencias en el fútbol y en la vida, y se convirtió en un padre para mí. Si consideraba que había actuado mal, me lo hacía ver.

Y no solo sabe cómo hablar; también escuchar. Hubo un tiempo en Reus en el que tuvo que tomar una decisión importante, cuando en junio no pudo ser inscrito. Charlamos sobre su situación, sobre lo que podía ocurrir y lo que supondría. Y eligió quedarse. Pasó muchos meses sin poder competir, pero como es un profesional ejemplar entrenaba mejor que algunos de los que tenían que jugar ese fin de semana. Es un jugador muy serio, muy profesional. Siempre trabajó a tope.

Luego, a principios de año me comentó que podía tener la oportunidad del Dépor. Ahí no había nada que consultar, porque cuando te llama un equipo así, no te lo tienes que pensar mucho. Fue un alivio para su situación y él lo puede ser para el equipo. Es difícil pedir tiempo y calma, y más a estas alturas de competición, pero con el tiempo va a su favor; cada vez se va a notar más su peso. Te da balón, tiene control, último pase, gestiona los tiempos del juego... Muchos dudarán por su edad, pero cuando trabajas con él cada día notas que no le pesan los años. Y Natxo lo sabe.

Trabajaron juntos, y entonces todo el mundo sabía que Vítor era un jugador diferente, con características especiales, y eso a los entrenadores les encanta. Natxo sentía admiración por él. A Vítor le gusta mucho el fútbol y le pedía su opinión. Vítor le dio mucho y se lo puede volver a dar.

Ricardo Vaz  fue compañero de Vítor Silva en el Reus