El técnico del Dépor se esfuerza en los entrenamientos por recuperar el ánimo de sus jugadores
18 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hay mucha tarea por hacer en este Deportivo que se ha bajado del tren del ascenso justo a ocho jornadas del final. En pos de la imprescindible remontada, el equipo coruñés necesita arrobas de fútbol, tal y como ha demostrado especialmente en los partidos de Riazor, pero también un subidón anímico. Martí tiene claro el diagnóstico y en sus entrenamientos está combinando ambos factores: mucho trabajo con balón, hasta en los calentamientos, pero también una atención máxima al aspecto psicológico de un vestuario machacado por los malos resultados en esta segunda vuelta.
Mientras la clasificación aprieta, el mallorquín no baja el pistón de la exigencia. Insiste en el nuevo posicionamiento táctico, con dos líneas de cuatro en defensa y mediocampo cada vez mejor sincronizadas, y repite los ejercicios hasta que salgan como desea. El trabajo defensivo tomó ayer protagonismo por medio de un bandos de diez futbolistas (el portero y nueve jugadores de campo, todos salvo el delantero centro) que debía cortocircuitar los ataques de otro con once. La tarea no resultaba sencilla, y hasta supuso que algunos jugadores tuvieran que tumbarse en el césped a hacer flexiones.
«La derrota debe doler», había insistido Cristóbal durante su breve periplo en el primer equipo la pasada temporada, cuando castigaba con planchas a los jugadores que perdían en los partidillos de entrenamiento.
Volvieron las flexiones a Abegondo. Pero esta vez Martí, futbolista hasta hace solo tres temporadas, no solo aplicó el palo. También la zanahoria. «Hay que intentarlo, a la siguiente lo haré mejor», se le oyó insistir a sus jugadores en varios descansos del entrenamientos. A los comentarios generales al grupo, unió el seguimiento a uno de los jugadores que aún no ha podido disfrutar hasta ahora: Fede Cartabia. «No pasa nada, ese ya está, ahora a por el siguiente», le dijo al mediapunta después de que fallase un remate claro.
Atención a Cartabia
El argentino, gran novedad del entrenamiento de ayer, concitó la atención de José Luis Martí y sus ayudantes Rivero y De Hoyo, que se volcaron con él de principio a fin. Los tres técnicos siguieron muy atentos cada gesto del jugador y todas las acciones de ataque de un futbolista llamado a marcar diferencias, pero al que apenas se ha visto hasta ahora.
Los cuidados del cuerpo técnico también se volcaron con otros de sus jugadores de ataque, a los que alternaron en el trabajo táctico. Así, cuando Santos y Expósito saltaban a escena, Quique y Vítor Silva descansaban, y al contrario. El venezolano y el dorsal siete, quien acaba de alcanzar a Enric Gallego en la clasificación del Pichichi, formaron el ataque de la última jornada. En sus botas y las de sus compañeros estará que el domingo el cuerpo y la mente del Dépor vuelvan a confiar en el retorno a Primera.