El fútbol pudo con los despachos

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MÍGUEZ

La destitución de ocho entrenadores, las marchas de Fernando Vidal y Ríchard Barral y el descenso, principales lunares de la era Fernández y su junta

24 abr 2019 . Actualizado a las 21:57 h.

La derrota del domingo frente al Extremadura y los gritos de dimisión, por parte de un sector de la afición, fueron la gota que colmó el vaso de su paciencia, abatido por los sinsabores que le producía el cargo. El dirigente coruñés, de 53 años, deja el club después de un lustro de gestión, en el que se vio lastrado por no ser capaz de dar con la tecla en el apartado deportivo, que al final es lo más visible para el aficionado.

El hecho de haber destituido a ocho entrenadores en cinco años es solo un síntoma de los tumbos que ha ido dando el proyecto deportivo de Tino Fernández a lo largo de este lustro. Cuando cogió el club, el equipo estaba en Segunda y logró el ascenso esa misma campaña, para luego pasar cuatro temporadas seguidas en la élite del fútbol español. Sin embargo, el descenso del pasado curso y la mala situación del actual (a 10 puntos del ascenso directo y a 4 del play off), acabaron con la paciencia de una afición, que pidió su dimisión durante el partido del pasado domingo. A lo largo de este lustro, confió la dirección deportiva a Richard Barral, en un primer momento, y a Carmelo del Pozo, desde hace un año. Pero faltó dar con la tecla a la hora de elegir un entrenador que diera estabilidad al proyecto en el tiempo.

Ascenso a primera

Un inicio esperanzador. Fernández y su junta cogieron las riendas del club oficialmente el 21 de enero del 2014. El Deportivo estaba en la categoría de plata y ocupaba la segunda posición, con un punto de ventaja sobre el Eibar. El entrenador era Fernando Vázquez y el directivo responsable de la parcela deportiva sería Fernando Vidal. La felicidad era casi completa, tras aquel 31 de mayo en el que se consumó el regreso a Primera, con un equipo en el que los canteranos gozaron de mucha presencia durante aquel curso.

Primera crisis

La destitución de Fernando Vázquez. Tino Fernández tuvo que afrontar su primer momento complicado cuando el 8 de julio, a poco de empezar la pretemporada, anunció la destitución de Fernando Vázquez. «Estoy asombrado, es como si robas un chorizo y te meten 50 años de cárcel. El cese no se entiende y sospecho que puede haber otro tipo de circunstancias [había hecho unas declaraciones en las que manifestaba las dificultades para fichar]. Que me digan en qué falló Fernando Vázquez como profesional», explicó el técnico. Su relevo en el banquillo fue Víctor Fernández, pero no acabaría la temporada y sería sustituido por Víctor Sánchez del Amo.

Caso jimmy

La fractura social y la «marca maldita». En noviembre del 2014, un aficionado del Deportivo resultó muerto en las inmediaciones del Vicente Calderón, tras una presunta riña multitudinaria entre ultras blanquiazules y del Atlético de Madrid [el caso sigue en la justicia]. Su firmeza en el trato del asunto y el cierre de una grada generó el rechazo de una parte concreta de la hinchada, que le acusó de no estar al lado del deportivismo.

Bandazos

Cambios constantes de perfil de entrenador. Después de una temporada 16-17 resuelta sin destituciones, con el equipo clasificado en decimoquinta posición, pero con una crisis de autoridad en el vestuario por los enfrentamientos entre jugadores y el entrenador, el Deportivo prescindió de Víctor Sánchez del Amo y firmó a Gaizka Garitano, una apuesta personal del director deportivo Ríchard Barral. El vasco aguantó medio curso y Pepe Mel acudió al rescate para acabar salvando al equipo. Tres entrenadores en menos de un año, cada uno con un estilo muy diferente.

Un adiós clave

La salida de Fernando Vidal. El 3 de octubre del 2017, el consejero responsable del área deportiva, Fernando Vidal, dimitió sin querer profundizar en los motivos que lo llevaron a dejar el club: «No me he sentido todo lo cómodo y a gusto que hubiera deseado. Hay razones que me hacen tomar esta decisión que he transmitido a nuestro presidente y que pertenecen a nuestro ámbito privado», dijo. Vidal era una pieza clave dentro del club. Había sido el gran impulsor del mejor Fabril de la historia, pero había dejado de tener peso en la toma de decisiones del primer equipo y optó por dejarlo.

La marcha de barral

Sin director deportivo, a mitad de temporada. Pepe Mel duró en el cargo 9 partidos en aquel curso 17-18 y fue reemplazado por el técnico del filial, Cristóbal Parralo. Pero además, en medio de una mala situación clasificatoria en Primera División, el club anunció por sorpresa, el 2 de enero del 2018, justo cuando se abría el mercado invernal, la salida de Richard Barral. «Me voy dejando amigos. Hemos llegado a un acuerdo total, lo llevábamos hablando un tiempo y hemos llegado a una decisión definitiva», dijo el director deportivo saliente. El club se quedó sin una cabeza visible en el área deportiva, más tarde reemplazó a Parralo por Seedorf, y el equipo descendió con semanas de antelación, dando una imagen nefasta que comenzó a desquiciar al deportivismo.

Refugiado en Carmelo del Pozo, para devolver al equipo a Primera División

MARCOS MIGUEZ

Tino Fernández escuchó las voces críticas que lo acusaban de intervencionista en el área deportiva del club, y apostó por un golpe de timón el pasado verano. Así, nombró a Carmelo del Pozo como nuevo responsable de la dirección deportiva del club. Él sería el encargado de proponer al entrenador y de conformar la plantilla que subiera al equipo a Primera División. «Venimos de un modelo donde el consejo ha sido avalista de las decisiones. Esa es la realidad. La única decisión tomada sin el visto bueno de la dirección deportiva fue en su momento la contratación de Víctor Sánchez del Amo. El resto, tanto para incorporar jugadores, técnicos como rechazar, se tomó la propuesta que tenía el visto bueno de la dirección deportiva», se defendió durante la presentación de Del Pozo, el pasado 8 de mayo.

Sin embargo, aunque la situación deportiva fue más o menos aceptable durante la primera vuelta, el proyecto se desmoronó en la segunda, con la acumulación de empates y derrotas. Natxo González acabó pagando los platos rotos y fue destituido hace 15 días como un gesto desesperado por frenar la caída. Pero el nombramiento de José Luis Martí tampoco parece taponar la herida y, tras dos derrotas consecutivas, el Deportivo parece ya descartado para luchar por el ascenso directo (a 10 puntos de la segunda plaza) y está lejos del play off (a 4 puntos del sexto).

El hartazgo de Riazor

La afición deportivista ha sido históricamente benévola a la hora de realizar alguna crítica, en forma de pitos o pañuelos blancos. Sin embargo, pocas veces se le ha visto tan enfadada como se manifestó durante los partidos contra el Rayo Majadahonda y ante el Extremadura.

Ante el equipo de Almendralejo, incluso al descanso hubo una fuerte pitada y gritos de «fuera, fuera», mientras que durante la segunda mitad arreciaron los cánticos de «directiva dimisión». Pocas veces a lo largo de la historia, el deportivismo se manifestó en tales términos, y con tanta energía. Un hecho que ha sido determinante para que Tino Fernández y su consejo de administración anunciasen su intención de convocar una Junta Extraordinaria de Accionistas, en la que presentarán la renuncia a sus cargos.

Un final a cinco años, en los que a la junta directiva saliente le ha costado encontrar la tecla acertada en la parcela deportiva.