Los blanquiazules se citan con el conjunto insular en pos del ascenso en la noche de San Xoán
17 jun 2019 . Actualizado a las 12:29 h.El Mallorca se enfrentará al Deportivo en la eliminatoria final de la promoción. El partido de ida se disputará el jueves a las nueve de la noche en un estadio de Riazor que volverá a convertirse en la olla a presión donde se cocinará el gran éxito de la temporada. La vuelta será en Son Moix el domingo también a las nueve de la noche, por lo que la resolución del ascenso coincidirá con la noche más mágica del año y fiesta grande en A Coruña, la noche de San Xoán. El equipo blanquiazul aspira a salir vencedor de dos partidos a todo o nada y acompañar finalmente al Osasuna y al Granada en el retorno a Primera. De nuevo, el impulso de la afición, la efectividad atacante, el acierto en los planteamientos de los entrenadores y la amplitud de banquillo de dos plantillas muy exprimidas a estas alturas de campeonato se situarán frente a frente.
La hoja de ruta está clara. El Deportivo se jugará en solo cuatro días la nota final de esta larguísima temporada. Todos los esfuerzos, las decepciones, las críticas y los vaivenes habrán merecido la pena, si el equipo coruñés acaba conquistando aquello que lleva ansiando desde hace más de once meses. En las botas de este grupo de futbolistas y el criterio de este entrenador se encuentra que la condena del nefasto y tristísimo último descenso concluya en los próximos 180 minutos de juego. Tan cerca está, que asusta.
Las dos incontestables victorias en la eliminatoria contra el Málaga han disipado las dudas que durante toda la temporada había despertado este equipo confeccionado para ascender, pero al que siempre le había costado acometer su misión. Tras despedirse del ascenso directo en un gris campeonato de 42 jornadas, la superioridad con la que superó las semifinales le convierte ahora en el rival a batir. A la hora de la verdad ha respondido por todo lo alto y a eso se agarra ahora una hinchada tan enamorada de sus colores, que no le ha costado nada volverse a ilusionar.
El adversario final será un Mallorca que sufrió hasta el final para superar al Albacete, con el que perdió por 1-0 en el Carlos Belmonte. Ahora los coruñeses y el cuadro balear, recién ascendido y quinto clasificado al cabo de las 42 jornadas con un punto más que estos, reeditarán su choque de la recta final liguera. A dos jornadas del final, el Dépor ganó por 1-0 y sumó tres puntos vitales. Será un partido especial para José Luis Martí, nacido en Palma y exjugador del cuadro bermellón. En el partido de la primera vuelta disputado en Son Moix, aún con Natxo González en el banquillo, los locales se impusieron por idéntico marcador gracias a un gol de Lago Júnior.
¿De resucitado en las jornadas finales, a favorito en la promoción?
El exigente esprint del final de temporada en Segunda División, con cuatro partidos decisivos en solo quince días, está poniendo patas arriba las cuentas previas. Ahora mismo el gran rival a batir por el retorno a Primera es el Deportivo. En el cruce de semifinales sus incontestables triunfos contra el gran candidato al ascenso se basaron en las dos versiones de un equipo que goleó cuando apretó el acelerador en ataque y que dominó la situación tras desactivar por completo a su rival en el partido de vuelta.
El camino hasta aquí no ha sido nada sencillo. El miércoles se cumplirá un mes de la derrota en el derbi contra el Lugo en que había tocado fondo y había creído despedirse de las posibilidades de retornar a la máxima categoría. Seis partidos después, no solo se ha repuesto de sus propios problemas y ha espantado fantasmas, sino que ha superado todos los pronósticos hasta disparar sus posibilidades de ascenso. Si en un primer momento muchos apenas le otorgaban posibilidades de ocupar una de las seis primeras posiciones, ahora hasta ha alcanzado con solvencia la final de una promoción en la que muchos ya lo señalan sin rodeos como el gran favorito.
Humildad y prudencia
Al margen del plano interno, donde Martí y sus jugadores repiten el discurso de humildad y prudencia, sobre todo lo que ha cambiado es la percepción que de él ahora sostienen los demás. Para muchos, el Dépor ahora ostenta por méritos propios el rol de favorito para retornar a la máxima categoría.
Nadie ha logrado asentarse en el papel de candidato número uno, que más bien se ha convertido en una silla eléctrica, pues ha fulminado a todos. El miedo escénico atenazó primero al Cádiz (su gran adversario por entrar en las seis primeras plazas, que pifió en casa cuando nadie lo contaba) y ahora a un Málaga que no supo llevarse al bolsillo un objetivo que tuvo al alcance de la mano durante buena parte de la temporada.
A los dos se los llevó por delante este Deportivo que viene lanzado desde detrás, mientras marca un ritmo altísimo e inaccesible por ahora a sus contrincantes. Desde que en la antepenúltima jornada liguera ganó al Mallorca en casa con aquel gol de penalti sobre Nahuel que Carlos Fernández transformó, el equipo de Martí se ha ido quedando sin rivales. Conquistó un punto de oro en Elche que le dio la iniciativa en la jornada final y nunca le tembló el pulso frente al Córdoba para cerrar la Liga.
De cara a la final de la promoción, aunque sobre el papel otra vez el Deportivo parte con la desventaja de que el desempate favorecerá al Mallorca, mejor clasificado en la Liga, ni el rol con que ambos contendientes partieron en pretemporada, ni la historia de los dos clubes, ni el peso de Riazor y el de Son Moix se revelan los mismos. Así, la fase de ascenso ha borrado por completo cualquier huella de los diez meses de campeonato doméstico previo. Todo volvió a comenzar el pasado miércoles y en esta competición de dos semanas el estirón dado por el fútbol del Dépor está dejando clavados a todos sus rivales.