El Deportivo negocia la llegada del centrocampista japonés después de que en el pasado mercado de invierno Bordalás impidiese su salida del Getafe
11 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Que un tren pase dos veces por la misma estación en el fútbol es francamente raro. Más aún si en el anterior amago de llegada al andén, todo acabó entre reproches públicos. Así ocurrió en el pasado mercado de invierno cuando el Getafe, por petición expresa de Bordalás, impidió que el futbolista japonés Gaku Shibasaki (Aomori, 1992) llegase a Riazor en una operación a la que solo le faltaba que la entidad madrileña subiese la documentación a la Liga -el fax de la era digital-. «El jugador no viene por una decisión unilateral del Getafe», aseguraba el pasado febrero Carmelo del Pozo en una rueda de prensa en la que no escatimó en detalles sobre el porqué de no ver al nipón de blanquiazul. Han pasado cinco meses y un terremoto deportivo en ambas entidades que ha terminado en borrón y cuenta nueva. Gaku Shibasaki, internacional absoluto con Japón, puede ser jugador del Deportivo en el curso 19-20.
Con la confirmación de que el Deportivo se quedaría un curso más en Segunda, volver a pensar en la posible llegada del japonés parecía una pérdida de tiempo. Aún así, su nombre acabó surgiendo en la última rueda de prensa que concedió el director deportivo de los blanquiazules. Y la respuesta sorprendió. «A mí, el compromiso que me ha demostrado Gaku me ha sorprendido de una forma brutal. Evidentemente nuestra situación económica ahora es difícil para gestionar esa actuación, pero ese jugador ha estado viendo la eliminatoria del Mallorca».
Carmelo del Pozo, fiel a su estilo, daba la de cal antes de la de arena para dejar al auditorio con la mosca detrás de la oreja. «Lógicamente tú estás en Segunda, es un jugador cotizado en Primera, tiene dos o tres ofertas de equipos de Primera», aseguraba al tiempo que vinculaba su posible llegada a la salida de alguno de los cuatro centrocampistas del equipo (Mosquera, Bergantiños, Vicente Gómez y Edu Expósito), por lo que el fichaje de Gaku podría suponer el adiós de alguno de los integrantes de una lista en la que Expósito y Mosquera son los que tienen más opciones de abandonar la entidad.
La llegada de jugador del Getafe supondría la culminación de un viejo anhelo de Del Pozo, aunque está por despejar en qué condiciones aterrizaría el jugador. En la pasada ventana del mercado, el director deportivo confesó que la situación deportiva y económica del club impedía un traspaso en propiedad y que la fórmula entonces pactada era la de una cesión con un bonus en caso de ascenso. Una posibilidad que difícilmente se repetirá en las actuales circunstancias.
Sería la segunda etapa del centrocampista en Segunda División después de pasar medio curso en las filas del Tenerife de José Luis Martí en la campaña 2016-2017. El conjunto isleño lo firmó en medio de una gran expectación. La afición recibió con los brazos abiertos al jugador que le había hecho un roto -y dos goles- a todo un Real Madrid campeón de Europa en la final del Mundial de Clubes del 2016, un torneo al que el Kashima Antlers, exequipo de Gaku, llegó como invitado por su condición de anfitrión. Tardó en adaptarse. Aseguran las crónicas que coqueteó con la depresión. Pero acabó jugando y anotando el tanto que llevó al Tete a la final del play-off. No pudieron contra el Getafe y Getafe acabó siendo el destino del internacional nipón.
Relegado al ostracismo del fútbol práctico de Bordalás y con poco más en la maleta de Primera que un golazo al Barcelona, Gaku se sube ahora al tren del Deportivo. Ese equipo por el que aseguraba sentir devoción por su fútbol el pasado invierno. En el banquillo le espera Anquela, un técnico muy diferente a Martí. Una pieza a la que habrá que buscar hueco. Un bendito problema.