Primer partido de Liga. 90 minutos que se han saldado con tres puntos para un inicio inmejorable. En lo clasificatorio, claro. Es tan solo un choque de cuarenta y dos partidos, pero empiezan a manifestarse los primeros síntomas de lo que será este Deportivo de Anquela que busca como gran objetivo el retorno a Primera División. Carlos Brizzola y Lois Balado debaten sobre si ven a los blanquiazules listos para ese reto.
A favor
Sí, porque ha dado señales y tiene mimbres
Considerando que estamos en el primer partido de la temporada y que no se puede opinar tan pronto acerca del sistema de juego porque solo lo hemos visto ante rivales de menor entidad, se puede decir que el Deportivo mostró señas de identidad como primar el trabajo colectivo, la presión avanzada y tras pérdida, la velocidad y, como se demostró en el segundo tiempo con empate a dos, el fútbol directo, cuando hace falta. Dicho esto, se puede decir que es candidato al ascenso porque a todo ello hay que sumar la tradición (la camiseta pesa) y los propios jugadores, que han demostrado que tienen capacidad para llevar a cabo todo lo anteriormente mencionado.
La reflexión que yo hago es que el sistema se puede parecer a otro, pero no valdrá de nada, si no tienes la movilidad de Koné, la aparición de Christian Santos, o al Gaku de la primera parte y al Aketxe de la segunda mitad del partido, ese sistema se diluye.
Ante el Oviedo, el Deportivo ha demostrado que, a lo largo de esta temporada, tendrá posesión, pero que no se conformará con eso y que buscará posesiones efectivas y descartará las infructuosas.
Autor
Carlos Brizzola es exfutbolista y entrenador
En contra
No, mientras no se sepa cerrar la puerta
Qué bonitos 45 primeros minutos y qué lastima que en el fútbol se viva de hora y media en hora y media.
Tras noventa minutos en el laboratorio, Riazor no distingue si su equipo es Jekyll o Hyde. Porque si en el primer tiempo compareció ese hermético Dépor de Anquela que solo recibió dos tantos durante la pretemporada, en el segundo los síntomas que acabaron con Natxo y Martí se presentaron. Pájaras crónicas de un equipo que no es capaz de cerrar un partido totalmente de cara y que hicieron volar tantos puntos la pasada campaña.
Es cierto que se ganó. Es cierto que si tu delantero suplente es capaz de marcar un gol como el tercero tienes mucho ganado. Pero cuidado. El Deportivo se aprovechó de una pegada inusual que contrarrestó el hecho de haber recibido dos goles en cuatro disparos a portería de tu rival. Un rival que, por cierto, no pudo contar con jugadores llamados a ser claves. Que fue titular en la sala de máquinas carbayona un chaval que llevaba un total de un minuto disputado en Segunda División. Que le dio el relevó otro debutante que, encima, te ha mojado la oreja.
Los tres puntos son una gran noticia, pero ármense de paciencia. Por si acaso.
Autor
Lois Balado es periodista de La Voz de Galicia
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