El videoarbitraje señaló el penalti del Albacete, pero no corrigió al colegiado
cuando este anuló el gol de Mollejo
07 sep 2019 . Actualizado a las 21:31 h.
Un gol que todos cantaron y un penalti que nadie reclamó. El videoarbitraje sigue al rojo vivo en Riazor. Al igual que en la primera jornada, cuando Koné vio cómo concedía aquel primer tanto, o en Huesca, después de que anulase un gol al marfileño, la tecnología volvió a marcar el partido del Dépor. Ayer por dos veces en su contra. En la primera, no llamó a revisar la decisión del árbitro, quien anuló por sorpresa la diana de Mollejo en un cabezazo por falta del deportivista. Luego, en cambio, la tecnología no dudó en detener el partido casi cinco minutos de reloj entre pinganillo y comprobación en la pantalla, antes de decretar la pena máxima en el área deportivista tras un remate de Zozulia que golpeó en David Simón.
Mientras el fútbol se hace de rogar en un Dépor tan verde como equipo, como gris en el rendimiento, el VAR funciona a pleno pulmón. Mollejo explicó así su lance: «Voy a rematar alto y limpio, incluso con los brazos un poco abiertos para no empujar, y cuando el balón baja salto poco para no hacer falta. Claro que un mínimo toque en el área al portero siempre hay, pero no se ha mirado en el VAR, que era lo que yo protestaba». Anquela incidió en el mismo aspecto: el de que no se revisase una acción que hubiese supuesto el primer gol del partido. «No sé qué ha pasado ahí. Si cree que no hay que revisar... Desde mi punto de vista es una equivocación, habría que revisar y no sé luego qué pasaría, si era falta o no», llamó la atención el técnico.
«Habrá que tirar»
El más contundente fue Bergantiños. «No he visto la acción en televisión, pero en las charlas de los árbitros te explican que si es remate a puerta, la van a pitar. No sé el remate a dónde iba, o si es un rebote más que un remate. No la he visto de nuevo, pero ayer (por el sábado) hubo dos manos en Cádiz. Si esto sigue así, cuando estemos a cien metros del área habrá que tirar y a ver si le da a alguien en la mano», se lamentó en voz alta. El capitán del Dépor, declarado defensor del videoarbitraje, llamó a aplicarlo con sentidiño: «Señalar las manos es complicado, porque hay posiciones naturales que no se pueden corregir. Luego, la falta es una interpretación y una acción diferente. Nos tocó en contra, pero que haya VAR facilita la labor de los árbitros y que sea igual para todos. Solo me gustaría que no hubiese tanto tiempo de espera, porque fue eterno. Ahora espero verla en la televisión, pero manos y pisotones van a generar muchas polémicas».