Anquela llegaba a Cádiz jugándose el puesto, en caso de dar mala imagen, y el empate (0-0) parecen calmar los ánimos. ¿Gana crédito el equipo con esta actuación? El entrenador José Manuel Pose y el periodista de La Voz Iván Antelo contraponen sus ideas.
A FAVOR
Por fin se juega como una unidad
Queda mucho por construir, pero por fin, en la jornada 7, se ha visto que el Deportivo ha manifestado una idea clara. No vamos a juzgar todavía si es buena o mala, si nos gusta más o menos que otras, pero por lo menos se ha visto en Cádiz una idea defendida como grupo, basada en que había que cortar como fuera la sangría de goles encajados de las seis primeras jornadas (13). Con determinación, el equipo ha funcionado como una unidad. Hemos tenido que esperar hasta la jornada 7 para verlo. Antes, parecía que se jugaban con microgrupos de trabajo, en el que cada cual aportaba el estilo que mejor le convenía a su forma de jugar. En Cádiz se ha apostado por la parcela defensiva y, evidentemente, cuando eliges una forma de jugar, eso condiciona el ataque y hace que el Deportivo tan solo tuviera dos llegadas en la primera mitad y solo una en la segunda. Pero con esa idea, el equipo ha conseguido minimizar riesgos y el punto de partida se puede dar como válido, porque se ha conseguido corregir la sangría de goles encajados. Ahora vamos a ver si crecemos a partir de esta idea, completando las transiciones ofensivas.
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EN CONTRA
El resultado, peligroso enemigo
Mala idea es siempre fiar la credibilidad de un proyecto deportivo al resultado. No puede ser que ganar, empatar o perder determine única y exclusivamente el acierto o desacierto de una planificación, que debiera incluir un análisis más profundo. Y el Deportivo es un ejemplo, precisamente, de lo que sucede cuando se apuesta de boquilla por un entrenador y se le condena a la primera crisis de resultados. Si el futuro de Anquela pendía de un hilo antes de visitar Cádiz, no puede ser que por un pírrico empate tenga ahora más o menos crédito. Porque el equipo ha hecho el mismo encuentro habiendo empatado, que si hubiera perdido por alguna de las muchas embestidas que el Cádiz tuvo durante el partido. ¿Qué se diría del planteamiento tan defensivo si hubiera entrado el balón que desvió Gaku y se marchó fuera por centímetros? ¿O qué pasará si contra el Mirandés se vuelve a rendir por debajo de las expectativas? El análisis debe ser más profundo. En el Deportivo siguen chirriando demasiadas piezas. Mejor trabajar sobre ello ahora, desde un resultado positivo.
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