El segundo año en la categoría de plata está destrozando las expectativas del Dépor y el Málaga, rivales de la promoción y candidatos al ascenso, pero que se enfrentarán el domingo como colistas
15 oct 2019 . Actualizado a las 10:12 h.Hoy se cumplen cuatro meses desde que el Dépor eliminó al Málaga en la eliminatoria de semifinales de la promoción, pero el domingo (16.00 horas, #Vamos) volverán a verse las caras en Riazor de nuevo en un partido dramático y trascendental. Ambos cierran la clasificación por culpa de una crisis interna a la que no hallan solución y que después de once nefastas jornadas va camino de devastarlos.
La segunda temporada en el infierno para estos dos históricos se planteó a partir de una comunión plena entre equipo y afición. El Deportivo acabó el curso con un apoyo multitudinario en la grada y el florecimiento de banderas blanquiazules. No fue para menos la campaña de abonos. Agosto concluyó con más de 22.000 carnés despachados. Tampoco defraudó La Rosaleda, que dio una gran lección de apoyo en aquel partido del 15 de junio. No reprochó el error de Munir en el definitivo gol de Bergantiños, y rindió una gran ovación a sus colores en la despedida de una temporada en el que partía como el mayor techo salarial. Este verano casi 20.000 aficionados retiraron su abono y el club, propiedad del jeque catarí Al Thani, dio continuidad en el banquillo al exdeportivista Víctor Sánchez del Amo, lo que sirvió de respaldo a la ilusión generada.
Riazor, donde Martí no había calado, recibió con escepticismo a Anquela y tras el empate contra el Almería pidió su despido. Con el avance de las jornadas, los nefastos resultados y el paupérrimo juego han ido vaciando la grada, que apenas registró 13.000 espectadores contra el Mirandés. El enfado y la desilusión han calado en una afición muy preocupada con el presente y el futuro del centenario club. La incorporación del gallego Luis César al banquillo, que en Las Palmas no ofreció la reacción esperada, tendrá ahora un examen de altura en un partido para el que se espera al menos un arrebato de dignidad por parte de un colectivo moribundo. También en Málaga se respira un ambiente tenso con los responsables del club. Ya ha habido protestas de aficionados antes del inicio de los partidos, y hasta el alcalde de la ciudad ha criticado la gestión del inversor.
El Deportivo y el Málaga han pasado ahora a ser, respectivamente, el sexto y el octavo límite de gasto, pero cada uno ha asumido su nueva realidad de una manera bien diferente. El plan de viabilidad marcado por la Liga con el fin de que se ajustasen a un presupuesto muy inferior al que venían de disfrutar contó con desigual respuesta entre sus responsables. En el Deportivo este cinturón económico marcó un movidísimo verano con una veintena de operaciones de entrada y salida, así como numerosos movimientos en la estructura interna del club y un mantra repetido por Carmelo del Pozo: «El club necesita recibir ingresos muy por encima de las cantidades recibidas para poder firmar jugadores por traspaso». Todos los fichajes llegaron finalmente con la carta de libertad, mientras dijeron adiós las figuras más cotizadas del anterior proyecto. Además, la plantilla se reforzó con cinco futbolistas en las últimas horas de mercado, pero el rendimiento individual y colectivo está muy lejos del aprobado. Únicamente Aketxe y Mollejo han llamado la atención.
Sin inscribir
En la Costa del Sol las exigencias económicas se vieron aderezadas por el peculiar modo que el jeque tiene de gobernar su club. Al Thani bloqueó el cantado traspaso de Ontiveros durante más de un mes, y lo mismo hizo con otras salidas y llegadas pactadas por su director deportivo, José Luis Pérez Caminero. En el cierre del mercado, la Liga sancionó al equipo andaluz sin poder inscribir nuevos futbolistas debido a que incumplía el control económico.
Víctor solo dispone de 17 fichas profesionales, y gracias, mientras el exdeportivista José Rodríguez, Mula e Iván Rodríguez se entrenan a diario, pero no están inscritos. Para esta última jornada el entrenador no pudo completar la habitual convocatoria de 18 jugadores, sino solo 16 entre lesiones y convocatorias internacionales. Además, el rendimiento deportivo del equipo menos goleador de Segunda ha decaído, con los mismos tantos encajados, seis, en las tres últimas jornadas que en las ocho anteriores.
El Deportivo, el más golpeado por la fragilidad defensiva, se convierte también en uno de los más batidos de las ligas europeas en cifras absolutas. A sus 20 goles recibidos en once jornadas responden el Barnsley y el Stoke (22 en la Championship inglesa), o el Wehen (24 en la Bundesliga II), estos también después de once jornadas.
Mollejo, primer internacional a las órdenes de Luis César
El Deportivo retoma los entrenamientos a las cinco de esta tarde y se espera que lo haga ya con la presencia del primero de los internacionales que se perdieron el partido del pasado domingo. Víctor Mollejo jugó ayer contra Serbia el último de sus compromisos con la selección sub-19 y sería una de las novedades con que podrá contar Luis César para comenzar a preparar el encuentro contra el Málaga. El deportivista abrió la clara victoria de su equipo con un gol a los siete minutos y fue sustituido poco antes de la hora de juego, después de recibir una tarjeta amarilla. Su llegada abrirá el goteo de futbolistas que estarán de vuelta en A Coruña en los próximos días para comenzar a trabajar a las órdenes de su nuevo entrenador.
En Gran Canaria, la baja de Mollejo dio oportunidad a Borja Galán en la banda derecha, pero el exfabrilista ofreció un flojo rendimiento, al igual que sus compañeros. El jugador cedido por el Atlético de Madrid ha formado como indiscutible en los planes deportivistas durante las siete jornadas anteriores al último choque.
Además, marcó contra el Numancia y el Mirandés, es decir, en dos de los tres últimos partidos en que el Dépor batió la meta rival. El joven futbolista llegó a ser señalado de ejemplo por Anquela para sus compañeros: «Dieciocho años tiene. Carácter, compite y sabe lo que necesita el equipo. Necesitamos bastantes más futbolistas como Mollejo. A mí me gustaría que todos tuvieran esa intensidad, esas ganas de ser futbolistas y hacer las cosas bien», señaló el exentrenador en una de sus últimas comparecencias en A Coruña.