Samuele Longo: «He aprendido del pasado, ahora me aíslo de todo y voy por mi camino»

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Apuesta por un Dépor en promoción a final de curso y por un futuro en A Coruña: «Me quiero quedar aquí»

07 nov 2019 . Actualizado a las 09:15 h.

Samuele Longo (Valdobbiadene, Italia, 1992) se ejercita con braga al cuello y abandona la sesión poco antes de que termine. Solo por precaución. «He tenido un poco de fiebre, pero no es nada. Pasará».

-El Dépor, colista. Trece partidos sin ganar. ¿Aún puede aspirar a algo más que salvarse?

-Estoy completamente convencido. La realidad es que quedan muchísimos puntos por disputar, ahí está el calendario. En Segunda tres partidos buenos te llevan arriba, y dos malos te devuelven a la parte baja. Esperan todavía muchos cambios y por eso hay que ir realmente partido a partido hasta que llegue el momento de tirar una línea y ver a qué altura estamos y a qué podemos aspirar. Creo que podemos entrar en play-off tranquilamente.

-Esta situación se parecerá poco a la que imaginaba cuando decidió venir.

-Está claro que no imaginaba esto, pero así es el fútbol. Vine al Deportivo con toda la ilusión del mundo porque si fuéramos capaces de subir yo me quedaría, y esa es mi ilusión más grande. Jugar aquí en Primera es la ilusión de muchos en este vestuario.

-La ilusión de quedarse. Once equipos en nueve temporadas. ¿No le frustra ser jugador de ida y vuelta?

-Tengo lo que me ha tocado y le busco el lado positivo. Claro que no era lo que me imaginaba cuando era pequeño, llevo años diciéndolo, pero al final he aprendido de muchos entrenadores, he tenido muchos compañeros de todo tipo. Lo que sucede es que ya son 27 años y me gustaría algo de estabilidad, no cambiar todo cada vez. Ya solo el hecho de no hacer más mudanzas… Ir de un lado a otro, empezar siempre de cero, adaptarte… Todo eso pesa. Por eso elegí también el Dépor; este es un club con el que ascender y en el que quedarme.

-¿Se acostumbra uno a esa itinerancia? La suya es una situación prácticamente única en su deporte.

-No. No te acostumbras. Antes quise estar más tiempo en Girona, y antes en otro equipo, claro. Por supuesto que es duro no poder hacerlo, pero es mejor si no lo piensas, si buscas sacar el mejor partido a cada sitio y a cada equipo. ¿Quieres quedarte en un sitio? Sí. Por eso seguir en el Dépor sería la hostia para mí. No sé cuántos más habrá en mi situación, seguramente muy pocos, pero sé que es algo que me ha tocado a mí, y ya. Sé qué es lo que ha pasado y son asuntos de club, no míos. Lo mío es pensar en el día a día. En que ahora estoy en el Dépor y me quiero quedar aquí.

-¿Hay algo positivo en ese continuo ida y vuelta?

-Creo que tengo una mente más abierta que años atrás y he aprendido cosas, costumbres, de cada lugar por el que ha pasado, pero aunque sea medianamente joven sí creo que todos mis cambios no me han ayudado. Por ejemplo, a formar familia.

-Cada temporada un estilo distinto. ¿Con cuál se queda?

-Eso depende mucho del tipo de partido. Aquí en algunos me resulta más fácil jugar al lado de Chris porque llegan muchos balones y nos dividimos la disputa, y en otros me vendrá mejor tener al lado un mediapunta. Lo que yo prefiera es lo mismo. Importa lo que decida el entrenador.

-Hasta ahora la decisión ha sido mantenerlo de titular. No está en su mejor momento individual. ¿Teme la vuelta a Riazor? ¿El descontento del público?

-A mí Riazor me gusta. Veo un campo bonito, de Primera. Luego está claro que si nos pitan o nos gritan, nos costará más concentrarnos, pero están en su derecho. Ven a un equipo construido para estar arriba y que no lo está.

-¿Cuánto le influye el ruido de la grada?

-Eso es parte de lo que he aprendido en mi paso por tantos equipos. Ya he vivido situaciones peores. No escucho nada, no leo nada, no me influye. Ni cuando las cosas van mal, ni cuando van bien. Cuando era más joven estaba más pendiente de lo que decía la gente, pero he aprendido del pasado que eso no ayuda; ahora me aíslo de todo y voy por mi camino.

-¿Se aísla de radio, televisión, prensa, redes sociales...? ¿Es posible eso hoy en día?

-Cuando las cosas no van bien, no ayuda estar pendiente de los comentarios. Y cuando van bien, tampoco aporta nada positivo escuchar que eres Dios. Estamos en un mundo condicionado por las redes sociales y hay que saber manejarlas. Tengo mis cuentas y me dan igual los comentarios; me fijo en lo que me interesa, no en lo que digan de mí.

-¿Aprecia una evolución en ese terreno a lo largo de su carrera?

-Cuando empecé ya había Twitter y de todo; para mí el fútbol nació así. Seguramente antes hubiera menos distracciones para el futbolista, pero están así las cosas y tienes que llevarlo. Yo sé cuánto valgo, lo que estoy dando y lo que tengo que mejorar, luego que cada uno tenga su opinión.

 «El Deportivo no tiene que jugar para Longo, es Longo el que juega para el Dépor»

Longo no dejó una buena impresión en Fuenlabrada. «No fue un buen partido. Fue complicado. Ellos atrás estaban muy fuertes y el aire nos hacía las cosas más difíciles», explica.

-Tiene fama de sufrir especialmente con las derrotas y con los días malos a nivel individual.

-Desde niño soy así. Si perdía me iba a casa enfadado, no hablaba a mis padres durante horas. Ahora he mejorado, pero es verdad que si las cosas no van bien no me sale la alegría. No me gusta perder.

-¿Le afecta al ánimo? ¿Esta situación le está pasando factura?

-No. Si hablamos de moral, soy siempre muy positivo. De los más positivos. Me tomo las cosas en serio. Creo que soy muy buen profesional y hago las cosas con criterio, siempre metido en lo que estoy haciendo. Tengo la intención de mejorar y soy muy entusiasta de lo que hago. Me encanta entrenar, lo disfruto.

-Aún no ha marcado esta temporada. ¿Eso tampoco le genera más ansiedad?

-Somos delanteros. Nos juzgan por eso. Está asumido. Pero en un deporte grupal nosotros somos los que finalizan las acciones y en nuestra mala dinámica, ni el resto de delanteros ni yo hemos tenido muchas ocasiones. Más allá de eso, trabajo para el equipo y el equipo lo valora.

-Trabajo que en Fuenlabrada le hizo jugar de espaldas a portería, algo que no está entre sus grandes virtudes pese a su físico.

-Es el fútbol que ahora necesitamos. El Deportivo no tiene que jugar para Longo, es Longo el que juega para el Dépor. El partido se hace más feo de ver, pero yo intento hacerlo lo mejor posible. Si tuviésemos más juego, más recursos, quizá yo tendría más ocasiones, pero eso no puede servir de excusa, estamos en un momento en que toca jugar más en largo de lo habitual y a mí me toca pelear por esos balones.

-¿En qué insiste más Luis César?

-Estamos muy metidos en la fase defensiva. Necesitábamos trabajarla bastante y en eso nos hemos centrado. Estamos teniendo una mejoría en ese aspecto y una vez que terminemos con eso nos podremos ocupar de otras cosas.

-Pero eso se traduce en menos gol. El señalado es el punta.

-Este deporte es de equipo. Si mejorar la fase defensiva da puntos, no hay que pensar en si el delantero sale perjudicado. Se trata de mejorar a nivel defensivo desde los jugadores de arriba, y lo estamos haciendo; luego tendremos que mejorar en la fase ofensiva y también lo haremos.