El Dépor después de Longo

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El pobre rendimiento del delantero italiano, condicionado por la necesidad de congraciarse con la grada, obliga a buscar alternativas para el centro del tridente ofensivo blanquiazul

29 nov 2019 . Actualizado a las 11:46 h.

Todos lo saben. La grada, el técnico... Lo sabe Longo. «Longo sabe que no está haciendo un buen año», admitía Luis César después de que el italiano abandonara Riazor entre silbidos que señalaban su tropiezo. Obcecado con agradar, se había entregado a florituras innecesarias. Lo denunciaba también el míster: «En cada jugada quiere reivindicarse. Pienso que es una equivocación: te sale mal un pase, olvida». El futbolista, empeñado en encontrar un hogar después de vivir de prestado cada campaña, no está para pasar nada por alto y frente al Alcorcón creyó encontrar varias veces la ocasión pintada. Taconazos incomprensibles, envíos filtrados a nadie, y una acción en especial que retrata su ansia: en el minuto 56, después de que la presión alta diera frutos y Bergantiños recuperara el cuero, este acabó en pies de Longo, que eligió no ver a Mollejo, completamente solo a su izquierda. Intentó en cambio alcanzar el área en conducción, pasando por encima de Koné, tendido en el césped, y de Diéguez, quien le limpió la bola como último hombre alfarero. Solo dos minutos después, el delantero se iba al banquillo entre abucheos, sustanciando el descontento del entrenador con la faena. En Lugo queda una plaza de ariete en el aire.

christian santos

Un referente fijo que demanda más centros al área

Al puesto opta Santos, reemplazo directo del portador del 12 el pasado sábado. Sin embargo, los 33 minutos concedidos al venezolano restan en la lista de méritos. Christian está convencido de que su valor aumenta lejos del área, pero la realidad es tozuda y niega sus dotes combinativas. Apenas concede ventajas a sus compañeros cuando se asocia en campo abierto. Tampoco es rápido ni bueno en el regate. Sí rinde descolgando balones, pero es una suerte de la que reniega. Su mayor virtud, la del remate, demanda buenos servicios desde el costado. El Deportivo carece de extremos precisos para ponerlos y el nuevo sistema deja la tarea en botas de los laterales, que tampoco brillan en la tarea. Ante el Alcorcón hubo catorce centros al área más allá de la estrategia y solo dos encontraron receptor. Ambos, de Luis Ruiz, que falló cuatro. Santos no estuvo ni cerca de tener opciones de disparo.

mamadou koné

La falta de compañía reduce el rendimiento del marfileño

Quien más chutó fue Koné. Tres ocasiones. Todas fuera. La definición es el gran lastre del marfileño, el aspecto (fundamental) que desaconseja depositar en él todas las esperanzas realizadoras. Su mejor oportunidad, fabricada por Vicente con un sensacional pase al hueco, concluyó en saque de banda porque arrinconado por la salida de Miralles quiso desafiar la física rematando con el interior de su pie derecho, en busca del palo largo. Naturalmente, la pelota discurrió en paralelo a portería hasta perderse por la izquierda. Por allí, aunque no tan lejos, se había escapado antes un zurdazo tras buen recorte sobre Laure.

Pese al desacierto en los últimos metros, el marfileño se ha ganado la condición de imprescindible, participando en los tres tantos anotados por el Deportivo durante la etapa de Luis César. Asistió en Santander, marcó en Fuenlabrada e intervino (arrastrando marcas y dejando pasar el balón) en la acción del gol ante el Elche, culminada por Mollejo. En todas estas citas actuó con un acompañante en punta. No disfruta desplazado a banda, pero su importancia disminuye si le faltan espacios como hombre de área, y tampoco rinde de espaldas al marco con la misión de aguantar la bola o enfrascado en duelos aéreos.

mollejo y borja valle

Mayor movilidad entre jugadores polivalentes

Falto de un rematador de garantías y de quien le ponga centros en condiciones, el entrenador blanquiazul puede tener un aliado en su recién estrenado esquema. La versatilidad de varios de sus futbolistas acostumbrados a ocupar la segunda línea de ataque le facilita alinear un tridente móvil, difícil de frenar con marcas rígidas. En esta fórmula, el centro correspondería de partida a Mollejo, que tiene gol y disposición a pisar el área.

Para facilitar el traslado del jugador cedido por el Atlético, Luis César cuenta con la baza de Valle, descartado frente al Alcorcón. El problema del berciano estriba en su excesiva querencia a la conducción y su reticencia al desmarque de ruptura. Este curso ha protagonizado varias carreras con la pelota en el pie hasta alcanzar zona de disparo. Le favorece el nuevo balón, pero no la nueva propuesta. Se pretende vaciar espacios para los carrileros; a los extremos se les piden más diagonales sin balón, a la caza de envíos entre líneas, y menos apariciones en apoyo.

ager aketxe

Un falso nueve ante la nula eficacia de los especialistas

Los ejercicios de Abegondo, donde el míster pulió ayer rutinas ofensivas, insinúan una cuarta opción muy llamativa. El tercer hombre del tridente, encargado del carril central, podría ser Ager Aketxe. El vasco tiene poco que ver con un ariete y su función sería la de falso nueve, obligando a los marcadores a vaciar el área para combatir su fenomenal capacidad de tiro. Entregarle el puesto supondría desmentir la presunta falta de rigor defensivo del 10, encomendándole el inicio de la innegociable presión alta. Favorecería además la fase creativa, pero el problema del Dépor está ahora más arriba.