El Dépor debe lograr abstraerse tras una semana convulsa y centrarse solo en el fútbol para remontar
13 dic 2019 . Actualizado a las 20:08 h.Ha sido una semana convulsa. La dimisión del consejo se suma a un nuevo resultado adverso cosechado la pasada jornada por el Deportivo. El resultado es que se incrementan las dudas sobre qué va a pasar y se comienza a pensar más en situaciones a largo y medio plazo que en la Ponferradina. Sería un grave error. No todo está perdido. Igual que nadie asciende en diciembre, nadie desciende este mes. Hay tiempo, Hay que creer y hay que confiar. Y todo empieza de nuevo en Ponferrada, ante un rival que sabe muy bien lo que hace.
Una apuesta clásica
La apuesta habitual de Bolo es por un 4-4-2, con Yuri como punta con alguien acompañándole, a veces con un mediapunta y otras con una línea de tres por detrás con Isi en la derecha y Nacho Gil, un jugador con mucho desequilibrio, por la izquierda. Aunque Kaxe y Yuri suelen ser la pareja habitual cuando ejercen como locales. La Ponferradina no se caracteriza por ser un equipo especialmente asociativo, pero es especialista en aprovechar al máximo su juego directo y vertical.
El grupo como apuesta
La Ponferradina es un conjunto basado en el equipo que ascendió el año pasado. Un grupo con muchas ganas de mostrarse en esta Liga. Bolo, su entrenador, lleva tiempo trabajando con ellos y sabe a lo que juega. No hay estrellas. Su apuesta parte del orden, de ser defensivamente sólidos, pero tienen grandes jugadores.
Yuri, eterno y reinventado
Entre todos los peligros a los que se enfrentará el Deportivo, evidentemente destacaría a Yuri, un futbolista incombustible y con muchísima calidad. Ya no tiene la velocidad ni el físico de hace años, pero ha aprendido a adaptarse a ese cambio y sigue siendo letal gracias a su capacidad para definir.
Sielva, un fijo ausente
Sielva es el timón de este equipo en el centro del campo y lo ha jugado absolutamente todo, pero la quinta amarilla vista ante el Sporting le obliga a cumplir sanción ante el Dépor. Sielva les da equilibtio, disputa, continuidad al juego y criterio. No es que la Ponferradina dependa de él, pero es el jugador que todos los entrenadores queremos tener en el equipo. Su puesto lo ocupará otro, que les dará un funcionamiento un tanto diferente. Su baja la notarán más sus compañeros y el técnico que los aficionados.
Buen local en mala racha
La Unión Deportiva Las Palmas se llevó los tres puntos de Ponferrada el pasado 2 de octubre. Es la única vez en toda la Liga que la grada del Toralín ha visto a su equipo perder en casa. La Ponferradina es un conjunto muy sólido como local, pero que no está en su mejor momento. Aunque en su campo aprieta y se trata de una visita complicada porque allí tiene argumentos, el equipo acumula cinco jornadas sin conseguir la victoria y es posible que eso le reste confianza.
El asfixiante Toralín
Para ganar en campos como el Toralín, se necesita carácter e intensidad. Está claro que no es Riazor, pero pese a su aspecto, el estadio berciano no es un campo estrecho, ni corto. Es verdad que la gente allí suele apretar, porque las vallas están muy cerca, pero es el campo que toca y hay que competir. No valen excusas. El Dépor va a tener que hacer un partido muy serio y es muy importante no verse por detrás en el marcador. Salir duro al partido, no cometer errores ni conceder, y desde el orden y con esa defensa que había logrado mejorar, intentar aprovechar las oportunidades. Hay que intentar recuperar la línea del Dépor en Lugo y mejorar el acierto.