El Deportivo aspira a enlazar su sexta victoria liguera, la cuarta consecutiva como local, en un estadio que quiere volver a llenar y convertir en piedra angular del renacer de su equipo
30 ene 2020 . Actualizado a las 10:10 h.La ilusión mueve montañas, conquista corazones y siembra esperanzas. No hay otro secreto que los triunfos en este Dépor redimido de la negatividad que lo envolvía. Ha vuelto a salir el sol para el deportivismo, y el calor se siente especialmente en Riazor. Allí buscará el sábado (18.15 horas, #Vamos) contra el Las Palmas la cuarta victoria consecutiva como local, que le permitiría enlazar seis jornadas seguidas ganando en un campeonato liguero que no es que haya enderezado, sino que hasta se ha reiniciado para sus intereses.
Aún lejos de encadenar las nueve victorias seguidas que protagonizó en el ascenso del 2012, aquel de la más alta puntuación histórica de la categoría con Oltra en el banquillo, ahora el Dépor busca las cuatro en casa con que igualaría las que había protagonizado en dos momentos de la temporada pasada. Fue en la recta final del 2018 y también en las dos últimas jornadas de Liga y los dos partidos de ida de la promoción, pero que finalmente no llevaron al ascenso.
Si a este Dépor aún le queda mucho por remar hasta volver a soñar con aquel momento, el espíritu de unión que lo gestó vuelve a ser el mismo. ¿Quién va a ganar ahora en Riazor? La quinta mejor afluencia del fútbol español, superados los 24.000 espectadores, no se quiso perder el renacimiento de su equipo hace once días contra el Cádiz y ahora se convierte en el fortín imprescindible de un Dépor sin miedo. Todos quieren formar parte de un equipo al que le quedan derrotas y sufrimientos, pero que va a ser muy complicado que se quede solo. Ni lo va a permitir el club, que a falta de poder cambiar las camisetas a sus jugadores vestirá este sábado a todo el estadio con las tradicionales rayas blanquiazules, ni tampoco una plantilla unida en torno al grito acuñado por el salvador Fernando Vázquez: «Pódese».
Este Deportivo se está aplicando a limpiar toda la podredumbre anterior. Se ha despegado del farolillo rojo de Segunda que lo acompañaba desde octubre. El pasado domingo abandonó la zona de descenso por primera vez desde la octava jornada y ahora se siente en la senda adecuada para alcanzar cuanto antes las ocho victorias que, según las cuentas de su entrenador, le restan para continuar la próxima campaña en Segunda. Los mismos jugadores que antes llevaron al centenario club al borde del descenso, ahora han dado un imprescindible paso al frente. «Siempre pensé que tenemos buena plantilla. Somos los jugadores que ahora somos, no los de antes. Antes no mostrábamos el nivel que teníamos. Estos somos nosotros. Todos hemos cambiado en actitud. Es mucho mérito del entrenador, que nos ha dado tranquilidad. Salimos al campo de manera diferente. La actitud ha cambiado. Antes cada golpe nos daba una moral muy baja. Veíamos que el equipo contrario llegaba y nos marcaba. Eso ha cambiado. Cuando no rindes a tu nivel, dices: ‘Yo no soy esto’. Eso ha cambiado en cada uno», declaró Somma. Tampoco es ya el equipo más goleado, después de catorce jornadas ininterrumpidas (veinte, en total, de las 25 disputadas), aunque ahora solo superado por el Oviedo.
La construcción de una plantilla más fuerte que la anterior también forma parte de la ilusión que se ha despertado en la hinchada. Todos tiran de este nuevo Dépor: unos refuerzos de calidad que han comenzado a rendir desde el primer minuto, los que están por llegar para aumentar todavía más el rendimiento y un bloque que aún está a tiempo de que Riazor se sienta orgulloso de su equipo.