El mayor revés del curso coincide con la falta de ocasiones creadas: el primer tiro
a puerta fue en el 81
08 mar 2020 . Actualizado a las 00:02 h.
En la anterior racha de partidos sin ganar, que se extendió entre la jornada inaugural del curso y la última de la primera vuelta, el Deportivo estableció la omertá. Sus jugadores tenían prohibido conceder entrevistas, por si en el careo deslizaban algún detalle acerca de las fechorías que podían estar conduciendo a semejante ruina. Recuperada el habla, Ager Aketxe reflexionaba acerca del modelo elegido para la rehabilitación, su elevada exigencia y su dependencia de los buenos resultados para evitar fracturas: «Puede ser -admitía en torno a la alta relación entre los triunfos y la implicación con la propuesta-. A todo jugador le gusta tener balón. Cuando juegas en la calle a los ocho años quieres tener la pelota en los pies. Pero lo que nos ha llevado a la mejor racha del equipo ha sido este modelo, así que toca ser humildes y seguir por ahí». Una apreciación similar a la realizada por Peru Nolaskoain tras el derbi. Almería servirá de test.
La fórmula había demostrado alguna grieta ante el Girona, solapada por la irregular actuación arbitral. También en Zaragoza, disimulada por el hecho de que el Dépor jugó mucho tiempo con diez. Frente al Lugo, aunque fuera escaso, hubo botín. En el estadio de los Juegos Mediterráneos no queda más asidero que el de la talla del rival. Un tamaño en teoría propicio para el arropamiento y la contra, idóneo para una muestra de solidaridad. No hubo tal.
La pérdida de Eneko fue una muestra de cuánto se juega este equipo en cada detalle. El vasco se ha hecho imprescindible por su fiabilidad. Como la de Mujaid. El flanco diestro de la zaga blanquiazul se había vuelto eficaz, y no hay más zonas del sistema que puedan presumir de algo así. El cierre de la defensa y el de la medular se cayeron por contagio con una sola lesión. Somma, de cuya fragilidad ya había noticias, dejó un cráter, y el último hombre del dibujo pasó de ser un auxilio para sus socios bisoños a precisar de un auxiliar. Normalmente aparece por la derecha, pero desde allí es imposible abarcar toda la frontal. A José María Gutiérrez le bastó con alejar sus recursos del alcance del único titular con ficha del Fabril.
Por delante tampoco llegaron ayudas, porque si Peru no rinde en la última línea de contención, sin él tampoco funciona la medular. Uche llegó para acompañar a Gaku, pero la plaza requiere algo más que ímpetu, y el nigeriano precisa de mayor rigor táctico y menor número de toques para domar el balón. Más arriba, a Çolak y Aketxe les resulta más fácil perseguir marcas cuando el resultado sale a ganar y a Sabin cada vez le queda más lejos el área rival. A tanta distancia como a Beauvue. Ninguno llegó a chutar a puerta. El primero en hacerlo fue Koné, ya en el minuto 81, tres goles por detrás.
El Dépor vuelve al foso, pero la salvación queda mucho más cerca que cuando empezó a escalar, con calma y humildad.