Fríamente y desde una perspectiva totalmente abierta, el Deportivo necesitaba un obstáculo de esta magnitud para crecer, retornar a la casilla de salida, repensar su proyecto y asentar unas bases sólidas de lo que ha sido siempre su historia. ¿Cómo ha llegado a ser el Superdépor? ¿Cómo ha ganado títulos y ha llegado a competir entre los mejores? Hay que empezar desde cero, porque se puede aprender de la historia, pero no se puede vivir siempre de la historia.
El Deportivo debe apoyarse en la circunstancia negativa de jugar en Segunda B para convertirla en una oportunidad de crecer. La nueva directiva ha acertado en muchos temas desde su llegada, pero no le ha dado tiempo a evitar este momento deportivo para poder hacer lo mismo que ahora, pero en Segunda División, es decir, con más ventaja, que es lo que deseaban todas las personas que han arrimado el hombro para salvar en estos momentos al Dépor. La mayor dificultad que he visto en los últimos años en el club fue el mensaje tras el no-ascenso de Mallorca: que el Deportivo era un serio candidato a subir. Sin embargo, desde fuera se veía un equipo con tal decepción y un cambio de energía tan radical en la afición y la gente que lo rodeaba, que esa energía negativa acompañó al club, al equipo, a los trabajadores y la directiva desde las primeras semanas.
Cuando hablo de energía me refiero a aquello que marca la diferencia. La consiguió Fernando Vázquez cuando dio el paso de entrenar al Deportivo: unió a todos en un objetivo común y un pensamiento positivo. Eso es la energía en el fútbol. Por eso, cuando va en contra, es terrible. El Deportivo lleva ventaja para ascender en cuanto a recursos, historia y capital, pero no por trabajo en Segunda B. Hay que ser muy humilde y no confundirse pensando que la temporada va a convertirse en un camino de rosas. Llegarán las dificultades y hay que estar preparados. El Dépor debe tener la capacidad de salir al primer partido de Liga arropado por una afición que nunca lo ha abandonado y ahora debe confiar más que nunca en la capacidad de las personas que lo dirigen.
En este proyecto van a tener un papel muy importante los jugadores de la casa, porque han de ayudar a generar un sentimiento de pertenencia. Jugadores que vienen de superior categoría, como Álex Bergantiños, van a necesitar guerreros, gente que les cubra las espaldas. Él y otros compañeros van a tomar las decisiones y darán la pausa en el campo para competir, pero a su lado ha de haber otros con mucha hambre. La plantilla que se está formando sigue esa pauta. Es importante que el club forme un verdadero equipo, que todos confiemos en Fernando Vidal y sus colaboradores, en Fernando Vázquez y en los jugadores que se queden. Lo importante es que todo fluya y el Deportivo sea un volcán de energía. El Dépor de los problemas forma parte del pasado. Este debe ser el Dépor de la gente y el de la ciudad.
Se está haciendo un buen trabajo. No va a ser fácil, pero hay que disfrutar del camino hacia el fútbol profesional. Cada partido y cada minuto deben convertirse en una oportunidad de unirse más si cabe desde el trabajo y la humildad. Solo así se forjará una idea de club, de qué equipo quiere ser el Dépor, a dónde se quiere dirigir. Esta es la base de todo proyecto. Es la hora de ayudar.