El club coruñés inicia la ventana de fichajes de enero con la idea de que no habrá llegadas que mejoren la plantilla y solo comprará si la necesidad obliga a vender
04 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Por norma, el mercado de invierno es al fútbol lo que los antiguos exámenes de septiembre a los estudiantes: una segunda oportunidad para sacar el curso de acuerdo a lo previsto. También hay clubes (estudiantes no tantos) que acuden a esta segunda ventana para subir nota. Es decir, que quieren mejorar lo que ya están haciendo bien. Históricamente, el Deportivo ha sacado la chequera más en busca de auxilio que de excelencia. Pero desde que en 1996, con la Ley Bosman recién aprobada, aterrizaron en A Coruña Flavio Conceição, Helder, Nuno y Renaldo, han sido más las veces que hubo alguna incorporación invernal que las que no. Este año podría ser una de las excepciones.
Aunque el equipo despidió el 2020 con una deshonrosa derrota frente el filial del Celta y no terminó de mostrar la contundencia que la afición espera, en la plaza de Pontevedra existe la sensación de que poco o nada se puede hacer para mejorar la plantilla. Hay, eso sí, una ficha sub-23 libre, que podría ser utilizada en caso de que aparezca algún futbolista interesante en propiedad. Otra cosa es que la maltrecha economía blanquiazul obligue a desprenderse de alguno de los referentes que cuentan con ofertas. Diego Rolan, Uche o Keko podrían ser tres ejemplos, ya que hay clubes que han mostrado interés por incorporarlos.
En este sentido, existe una dicotomía en el seno de la entidad. Sus rectores están convencidos de que cualquiera de estas salidas sería imposible cubrirla con un futbolista no ya mejor, sino semejante. Pero también son conscientes de que la continuidad de Rolan el pasado verano supuso un desvío presupuestario con el que no se contaba y que quizá ahora haya que reajustar. El escenario covid es de ingresos ordinarios mínimos, sin apenas público en Riazor, y puede influir.
El hundimiento en el precio del mercado que provocó la pandemia ha permitido a la afición blanquiazul disfrutar de Rolan en las últimas jornadas. Un futbolista determinante. Probablemente, el mejor de toda la Segunda División B. Un lujo para la categoría. En otoño se consideró que las ofertas recibidas no se ajustaban a la valía del uruguayo y se apostó por mantenerlo un tiempo más a la espera de mejores propuestas. Su rendimiento como deportivista esta temporada está siendo tan bueno que, como si de una operación financiera se tratase, se está evaluando el riesgo que supondría seguir contando con él.
Evaluación de riesgos
En condiciones normales, la continuidad de Rolan acercaría al Dépor a su objetivo de ascender, con lo que se revalorizaría. Además, es posible que el próximo año el mercado se recupere y entonces podría llegar una oferta más acorde a su nivel. Por eso, el jugador tiene sobre la mesa una propuesta de ampliación de contrato, que concluye en el 2022. Algunas voces defienden que incluso en caso de fracaso y que no se logre el ascenso, su precio no bajaría más de los aproximadamente dos millones que se rechazaron en octubre. El riesgo sería una inoportuna lesión que pudiera truncar cualquier operación.
Y esta disyuntiva es la que provocará un mercado de invierno atípico en el que todo estará condicionado a una hipotética propuesta que hiciera decantarse la balanza del lado de vender a Rolan, principalmente, o cualquier otro referente. Si esta operación no llega, Fernando Vázquez afrontará lo que resta de temporada con los mismos hombres que este primer tramo en el que es segundo con 15 puntos, fruto de los 4 triunfos, 3 empates y 1 derrota acumulados.
Ocho incorporaciones en enero del 2020 que a punto estuvieron de evitar el cantado descenso
En las diez temporadas anteriores a la actual, el Deportivo solo dejó de incorporar futbolistas en el mercado invernal en dos ocasiones: 2011-2012 y 2015-2016. En ambos momentos, el rendimiento de la plantilla estaba siendo muy bueno y se apostó por no hacer un gasto que se consideraba innecesario. El primero de estos ejercicios fue el del ascenso de Oltra y el segundo fue el de Víctor Sánchez del Amo en el banquillo, en el que, tras una sensacional primera vuelta, el técnico perdió el control del vestuario y a punto estuvo de costar el descenso a Segunda.
De las otras 8 campañas, la anterior fue la de mayor movimiento. El equipo había acabado el 2019 último, a 7 puntos de la permanencia, y el consejo de administración entrante, con el apoyo de Abanca, echó el resto para tratar de evitar el cantado descenso.
Ocho fueron las caras nuevas en el vestuario, además de la de Fernando Vázquez. Con mayor o menor acierto y participación, Jovanovic, Sabin Merino, Emre Çolak, Beauvue, Hugo Valle, Uche, Keko y Abdulaye Ba se presentaron con el objetivo de obrar el milagro. Y a punto estuvo de suceder. Su concurso aumentó el nivel de competitividad de la plantilla, lo que unido al efecto Vázquez provocó una reacción que se tradujo en seis victorias consecutivas y un empate frente al Girona, que igualó en Riazor un 2-0 en contra.
Otro mercado al que el Deportivo también acudió con fuerza fue el de la temporada 2013-2014, con Tino Fernández recién aterrizado en el club blanquiazul. Hubo seis incorporaciones en una apuesta clara por el ascenso, en un momento en el que el equipo, pese a ir líder, parecía que necesitaba un pequeño impulso. Rabello, Lopo, Sissoko, Toché y Salomão llegaron y cumplieron.
En estos diez últimos mercados de fichajes, también hubo futbolistas adquiridos, pero que no llegaron a vestirse de blanquiazules, al menos en ese momento. Sucedió con Fede Cartabia en el invierno del 2017, cuando el Dépor consiguió recuperarlo del Valencia, pero ante la falta de plazas lo mandó medio año cedido al Sporting Braga. Seis años antes, Javito protagonizó uno de los grandes bochornos administrativos del club, cuando su incorporación no fue correctamente inscrita en la FIFA y esta no dio el visto bueno a su fichaje. Se fue meses después sin haber podido estrenarse.