Otra reforma para recibir al Guijuelo

TORRE DE MARATHÓN

Derik y Raí, en la ciudad deportiva de Abegondo
Derik y Raí, en la ciudad deportiva de Abegondo CESAR QUIAN

Los graves problemas para manejar el balón exhibidos en O Vao y el cambio de rival y escenario llevarán al Dépor a alterar de nuevo el sistema y los intérpretes

11 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay apenas encuentro multitudinario que incumpla la máxima de los corrillos: es en esos apartes donde suele liquidarse lo sustancial. Reuniones acotadas que sirven para avanzar en el meollo porque garantizan mayor atención y cierta afinidad. También en los entrenamientos del Deportivo el caldo gordo se cuece muchas veces en ese trabajo para unos pocos elegidos que se desarrolla al final. A veces son Galán y Lara quienes reciben instrucciones personalizadas acerca de lo que Rubén de la Barrera espera de un extremo según la ubicación del balón; otras, hay clase extra para laterales, con indicaciones de cómo y por dónde subir y bajar. Ayer le tocó al grupo de centrales junto a los dos pivotes en los que el técnico parece apreciar mejores condiciones para dar salida al cuero desde atrás. Derik, Mujaid, Granero y Bergantiños (este, como integrante del eje de la zaga) aprendieron a relacionarse con Uche y con Gandoy.

La lección tuvo su momento culminante cuando el míster se convirtió en centrocampista y explicó cómo debían posicionarse para recibir, dominando todo el espacio posible para distribuir o avanzar de inmediato, dificultando una intercepción. Vuelta a la escuela en la que Gandoy parecía un simple alivio para el claro destinatario de la tarea. El canterano destaca por esa capacidad de emplear el cuerpo para dar velocidad a la acción, ahorrando movimientos y leyendo de un vistazo a contrarios y aliados. Al nigeriano le cuesta mucho más.

Le cuesta encaminar el fútbol hacia el campo del oponente y limita el repertorio a la seguridad de la devolución a la zaga o el pase corto en horizontal. Fernando Vázquez no eligió por casualidad a Bergantiños como iniciador. El capitán tiene menos presencia y más edad, pero gana en intención, aunque sus envíos atravesando líneas no siempre tengan buen final. En el debe de Uche hay que apuntar también el exceso de confianza que da la oportunidad al oponente de robar, con lo que supone una pérdida en el puesto de enlace sin protección. Las dos primeras ocasiones del Coruxo llegaron así.

De la Barrera escarmentó y quiere corregir al infractor, además de reforzar su posición. Atendiendo a lo ensayado, frente al Guijuelo habrá dos interiores próximos al pivote. Auxilio creativo con recorrido que encarnarían Villares y Raí. Se caería así Borges, víctima de uno de los lunares tácticos de O Vao. Al tico se le encomendó aproximarse a la cal y allí se produjo un atasco en el que se encontró metido con Keko y Valín. Sin metros ni herramientas para el desborde y el centro, el Dépor le perdió además en zona de finalización. Sin ningún 9 de mínimas garantías, quizá sea en el área donde, por ventaja en el duelo aéreo y disparo, más pueda aportar en la propuesta del nuevo entrenador.

Para abrir campo, dentro de ese factible 4-3-3, ya están Keko, Lara, Galán y Rayco, con el último ganando metros hacia la titularidad. Como Héctor por el flanco izquierdo, o Derik en el muro de contención. Juntar a los dos ex del Numancia relegaría al banquillo a Salva Ruiz y Borja Granero. Al central le han cogido el truco y en Coruxo se dedicaron a flotarlo, tapando los arranques de Mujaid y forzando pérdidas en sus envíos largos en diagonal. Un desconchón más a tapar con la próxima reforma blanquiazul.