El equipo coruñés cuenta con el protagonismo de diez jugadores de la base, el número más alto desde el ascenso con Fernando Vázquez a Primera en el 2014
12 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El proyecto de cantera ya ha arrancado. Con el decisivo partido del domingo (11.30 horas, TVG-2) contra el filial del Celta ya en el horizonte, el Deportivo revisa el papel de sus equipos de formación en la marcha del primer equipo las últimas temporadas para consolidar aciertos y revertir errores. Esta es la primera de las seis últimas campañas en que un número tan importante de jugadores con paso por la base del club participan en el primer equipo. Ahora mismo son diez, una cifra nada desdeñable después de solo 16 jornadas. El curso 2013-14, el del más reciente ascenso a Primera, Riazor aplaudió después de 42 partidos a quince futbolistas procedentes de la cantera.
Entre una y otra explosión de confianza por la cantera en A Coruña, con la entidad mayoritariamente en Primera División, lo cierto es que la base asumió un segundo plano, con entre cuatro y seis canteranos en la primera plantilla. Un repaso a la participación de estos jugadores entre el 2014 y el 2018, durante las cuatro temporadas en que el club militó en la máxima categoría, permite apreciar un descenso de protagonismo muy acusado. De los seis canteranos y 9.876 minutos con que finalizó la campaña 2014-15, se llegó a los cuatro y apenas 676 minutos de la 2017-18 en que se consumó el regreso a Segunda. La presencia de los jugadores de la base en los planes del primer equipo volvió a subir desde entonces, en situación de necesidad, pero solo el curso actual se puede comparar con la empuje que de aquellas se le brindó.
Ambas situaciones contaron con Fernando Vázquez en el banquillo de Riazor, aunque en nada coinciden las circunstancias que rodeaban al Dépor. Durante el verano del 2013, tras el segundo descenso en cuatro cursos, el club, acuciado por las deudas, volvió la vista a las categorías inferiores como tabla de salvación. Al profesor de Castrofeito le tocó entonces obtener el máximo rendimiento de una plantilla bisoña y con todo por demostrar. Y lo consiguió por todo lo alto.
Ahora, tras configurar el proyecto más ambicioso de toda la Segunda B, con jugadores experimentados en la élite, la cantera llama a la puerta del primer equipo y hasta protagoniza el impulso con que el Deportivo aún pretende agarrarse a sus últimas posibilidades de acabar en las tres primeras posiciones. A los Mujaid, Bergantiños, Galán, Valín, Gandoy y Adri Castro, que en octubre abrieron el curso en el primer equipo, se les han ido uniendo otros como Villares y Rayco, recién incorporados del Fabril, que no han tardado en reclamar por méritos propios un puesto en el once. Y todavía queda mucha Liga por cortar para unas categorías inferiores que desean convertirse en norma, nunca más en excepción.