Para ganar en Luanco y sentenciar la permanencia, el equipo coruñés necesita reimpulsar su rendimiento fuera
23 abr 2021 . Actualizado a las 21:19 h.Este Deportivo irregular y rácano encara las tres últimas jornadas de curso con muchos suspensos en el tintero. El principal, el del ascenso, ya no se resolverá esta temporada, pero aún está a tiempo de aprobar otras asignaturas. Este domingo (17.00 horas, Footters) en Miramar se le plantean varias que desembocan en una sola: ganar al Marino de Luanco le permitiría poner una pica en un terreno de juego muy distinto al de Riazor y maquillar su paupérrimo bagaje a domicilio, pero también acabar la Liga rindiendo en casa al menos a una altura similar a cómo lo ha hecho en casa. «El equipo tiene que crecer y tener claro lo que hacer en cada momento y atreverse a aquello que le va a permitir tener rédito», explicó este viernes Rubén de la Barrera al respecto del diferente rendimiento en casa y fuera. A la espera del resultado de hoy del Langreo-Racing y del Numancia-Compostela de mañana para sus cuentas de zanjar de forma matemática esta segunda fase, en la mano del Deportivo solo está sumar tres nuevos puntos allí donde hasta ahora no ha parado de echarse las manos a la cabeza.
En el tramo inicial de la temporada apenas ganó dos partidos lejos de Riazor. En el inicio de curso, el chupinazo de Héctor Hernández le dio una victoria contra el Unionistas que luego fraguó con sufrimiento y muchos minutos pertrechado en su propio terreno. La otra llegó contra el Celta B, cuando ya lo le quedaba otra que ganar para sostener sus últimas posibilidades de cumplir el objetivo. Miku tiró entonces del carro. Entre una y otra, el Dépor se volvió con las manos vacías de campos tan variopintos como el del Zamora, el Coruxo, el Racing o el Langreo, y apenas salvó los muebles contra el Compostela, el Guijuelo, el Pontevedra o el Salamanca, donde sumó un punto.
Cada varapalo acabó con una nueva excusa y la sensación de que aquellos puntos eran precisamente los que le faltaban para alcanzar las tres primeras posiciones. Con un solo partido más en Riazor, ahora ese talón de Aquiles deportivista puede tener que acabar convirtiéndose en aliado para alcanzar el mínimo objetivo de la temporada. «Fuera, a excepción de Vigo y algún rato más, no hemos estado a esa altura. El equipo tiene que dar varios pasos al frente. Y sabiendo los efectos que una victoria tendría para nuestros intereses, aún más. Hay que lograr algo que hasta ahora no se logró, y eso pasa por nuestro rendimiento», insistió De la Barrera.