Desde que definió una estructura tipo para el conjunto coruñés, De la Barrera ha retocado la formación inicial en cada partido y volverá a hacerlo ante el Langreo
01 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Rubén de la Barrera se estrenó en el Helmántico, pero no acabó de darle forma a su equipo hasta la visita del Pontevedra a Riazor. Más de un mes meneando un árbol que ahora ya solo sacude levemente entre cada encuentro. Desde que recurrió a Bergantiños para doblar la superioridad entre los centrales y la medular, el técnico blanquiazul ha calcado el armazón que va de Lucho a Miku. Tiene como piezas insustituibles, además de los dos latinoamericanos y el capitán, a Bóveda en el lateral derecho, a Granero y Mujaid como centrales —el riojano no fue titular frente al conjunto granate pero su nivel y la lesión de Derik le ha dejado sin competidor— y a Villares en la labor de creación. En la lista figuraba Keko, hasta que se rompió. El extremo ha sido el futbolista más desequilibrante casi en cada duelo en los que ha podido actuar. Salvo recuperación milagrosa, ya no intervendrá más esta campaña.
A su baja se refirió ayer el técnico blanquiazul a través de uno de sus habituales juegos de palabras en sala de prensa: «Lo que sucede es lo que es. Y lo que hago con lo que sucede es lo que soy. Y lo que soy es entrenador del Dépor». Una función que le ha llevado a retocar puntos concretos de su dibujo atendiendo al rival y la situación. El carril izquierdo ha sido siempre la zona más volátil, con Héctor por delante de Salva en las preferencias y un extremo en el que se han turnado Rayco, Lara y Raí. El brasileño parece partir con ventaja para mañana en esta posición, ya que el canario ha actuado por dentro en los ensayos y el andaluz apunta a jugar por la derecha si se confirma su recuperación. Ayer no se ejercitó con el grupo, debido a un golpe, pero De la Barrera dijo tener previsto que hoy se reincorpore sin novedad.
Sin Galán, lesionado, las alternativas para las bandas no van mucho más allá. En el carril central, es la plaza de interior diestro la que no ha tenido un ocupante estable y a ella optan Uche y Borges, con las opciones más remotas de Gandoy —probablemente, permutando costado con Villares— o un Nacho con el que el míster no ha querido contar.
«Pretendo lograr el máximo rendimiento de la plantilla que tengo, en la que siento que todo el mundo está tremendamente concienciado de lo que supone este fin de semana. Tengo claro que el que juegue ahí lo va a hacer bien», reflexionaba el entrenador coruñés acerca del posible sustituto de Keko, cuya baja evitará seguro que se repita once. No ha ocurrido desde aquel choque ante el Pontevedra y antes solo había sucedido en las citas con el Guijuelo y el Racing de Ferrol.
El técnico quiso restar importancia a la identidad de los elegidos para una cita en la que «con el objetivo y el reto que tenemos delante, es imposible encontrar mejores condicionantes». Ante un Langreo «para el que supone un reto, una ilusión tremenda, poder enfrentarse al Deportivo en un escenario como Riazor —sostuvo el técnico—. Pero los que nos jugamos cosas, y muchas, somos nosotros, y eso se tiene que trasladar al campo desde el primer momento».
«Va a parecer la Bombonera»
Un campo al que acudirán cinco mil aficionados blanquiazules. «Siempre es bueno que haya gente en el estadio. El fútbol nos lo imaginamos con ruido y movimiento. Eso representa la pasión y si alguien ha demostrado pasión es la afición del Dépor», presumió De la Barrera. «Con gente es otro deporte —recalcó—. Si mil ya me parecieron una barbaridad, con cinco mil me va a parecer la Bombonera».