
El equipo entrenado por Óscar Gilsanz disputa este jueves la semifinal de una Copa de Campeones que los coruñeses solo han levantado en una ocasión
23 jun 2021 . Actualizado a las 17:18 h.Es la generación que ha reabierto la ciudad deportiva de Abegondo, la primera que llena el ojo de los responsables del fútbol base del Deportivo en muchas temporadas. Todos hablan desde hace años con orgullo de los juveniles del 2003 como aquellos que, si su rendimiento sigue avanzando, tienen en las manos el futuro del club. Este jueves en Marbella frente al Madrid (19.00 horas, TVG-2), estas promesas, apoyadas por varias perlas de la segunda gran hornada de deportivistas en ciernes, los cadetes del 2005, afrontan el mayor desafío de su etapa formativa: llevar al Dépor a la final de la Copa de Campeones.
Será el broche de oro a una gran temporada del equipo entrenado en los dos últimos cursos por Óscar Gilsanz, campeón del grupo primero de División de Honor por cuarta vez en la historia del club, y ahora dispuesto a discutir sus posibilidades entre los mejores juveniles de todo el fútbol español. Justo cuando se acaban de cumplir las bodas de plata de la única Copa de Campeones juvenil del Deportivo, en 1996, otra espléndida hornada de canteranos sueña con entrar también en la historia. Los Xaco, Pablo López, Deus, Dani Mallo o Ramiro Amarelle, entrenados por José María Blanco, se coronaron siete años antes de la inauguración de los campos de Abegondo.
Ya con la ciudad deportiva en funcionamiento, solo dos generaciones de juveniles lograron en el 2008 y el 2010, con José Luis Devesa en el banquillo, el título de Liga del grupo primero de División de Honor. En estos equipos despuntaron Juan Domínguez, Raúl Carnero, Pablo Insua o Juan Carlos Real, entre otros.
Oportunidades
En los primeros meses de una etapa, anunciada por el presidente Antonio Couceiro, en la que el talento y la competitividad de los futbolistas de base se convertirán en piedra angular del primer equipo del Deportivo, los nombres de varios de estos juveniles ya son conocidos para muchos aficionados deportivistas. Varios, como el portero Brais Suárez, los defensas Trilli, Barcia o Guille Bueno, el mediocentro Jairo, o los extremos Yeremay o Padín, han debutado con el Fabril, y hasta han formado parte de los entrenamientos del primer equipo en la última temporada.
Pero la clave de esta generación no solo radica en el impulso de aquellos jugadores llamados a liderar este equipo (a los ya citados se podrían unir el mediocentro Brais Val, el mediapunta Nájera o el delantero Noel, autor del tanto que forzó la prórroga en Las Palmas; entre los dos últimos han marcado 37 goles esta temporada), sino también por el paso adelante que han dado otros llamados a un rol más secundario, como Quique Teijo, Diego Gómez, Martín Ochoa, Nacho, Seydiba, Álex González o Ríos, recientes campeones de Liga con el equipo juvenil B, o Álex Delgado, Álex Montero o Rodrigo, que junto a Mella dieron el salto desde un equipo cadete que se encuentra en semifinales de la División de Honor de su categoría.
En este grupo de chavales ya han pescado algunos de los grandes clubes europeos, pues Hugo Novoa y Álvaro Fernández Carreras dejaron el club en los últimos años camino del Leipzig y el Manchester United, respectivamente. Pero en A Coruña permanecen promesas que en la final four de la Copa de Campeones quieren entrar en la historia del Deportivo.