Qué gusto da volver a disfrutar de los partidos clásicos de domingo al mediodía. Qué placer volver a disfrutar de un Racing-Dépor y de un ambiente de fútbol como el que se vivió este fin de semana en El Sardinero. Qué pena que sea en Primera RFEF.
En la previa del partido todo parecía indicar que se registraría la mejor entrada post pandemia en Santander. No iban a ser menos los aficionados del Dépor, que tiñendo de blanquiazul la plaza de Cañadío se hicieron notar desde el día previo en la capital cántabra.
En el terreno de juego, lo único que defraudó fue el resultado. El Dépor salió al partido muy enchufado, olvidándose de su condición de visitante y del empate en la clasificación previo a la disputa del choque. Por el contrario, el Racing prefirió que el partido fuera desarrollándose durante los primeros minutos sin tomar demasiada iniciativa en el juego. En cambio, la primera ocasión del partido fue para los locales a balón parado, como suele ocurrir en estas categorías.
Juego directo y segundas acciones por parte de los santanderinos frente al fútbol combinativo y amplitud posicional al que nos tiene acostumbrando Borja Jiménez. En el minuto 20 los locales decidieron adelantar su bloque defensivo y plantear problemas en salida de balón, aunque el Dépor no se amilanó y fue capaz de trenzar una buena jugada que finalizó con un tiro lejano de Rafa de Vicente. Algo que ocurre con frecuencia en el fútbol: decido adelantar mi equipo para presionar más alto y el rival me ataca con más éxito. Pero el Racing lo tuvo claro, y los 12.000 aficionados debían ver un equipo valiente; esa fue la tónica.
El Dépor hizo lo que se espera de un equipo con intención de dominar sus partidos. Fue capaz de encontrar los espacios para atacar a un adversario defensivamente agresivo jugando entre líneas con combinaciones rápidas. Generó ocasiones de gol a partir de girar al rival, de combinar en amplitud y profundidad y tuvo la ocasión de ganar el partido, pero la ejecución no fue la mejor. Cuando le arrebataban el balón, desarrolló una presión tras pérdida intensa propia de los equipos que basan su ataque en la incorporación de sus laterales y la posesión.
Fue un partido intenso y algo errático, sobre todo de cara a portería. Quizás demasiado condicionado por la condición de favoritos en la categoría que compartían locales y visitantes. Hubo ocasiones de gol, para ambos, y dominio alterno. El juego no defraudó, pero el resultado sí, y un 0-0 es algo pobre para la categoría de ambas entidades. En un futuro, quizás algún organismo pueda plantearse que este resultado no sume un punto para la clasificación del campeonato.