Víctor García, en campo amigo

TORRE DE MARATHÓN

Víctor García chuta durante un entrenamiento en Abegondo
Víctor García chuta durante un entrenamiento en Abegondo MARCOS MÍGUEZ

El futbolista del Dépor vuelve a visitar al Dux, frente al que debutó de blanquiazul con un doblete arrancado en el primer balón que tocó tras salir desde el banquillo

18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Sería un error pensar en el Deportivo. Si uno es constante, las cosas llegan». Lo único malo de la constancia es que, cuando tiene premio, se hace esperar. Víctor García es la prueba: varias temporadas de servicios prestados en el Fabril, el Valladolid Promesas y el Sabadell antes de asentarse en el primer equipo blanquiazul. Había debutado con el Dépor en septiembre del 2018, favorecido por una plaga de lesiones y la cita de Christian Santos con Venezuela. Natxo González lo eligió como titular en La Romareda, en el efímero paso del conjunto coruñés por aquella edición de la Copa del Rey. Días después, ya de vuelta a la disciplina del filial, lanzó la frase premonitoria y se puso a trabajar en el reestreno, consumado entre Tudela y Calahorra, varios cursos después.

En septiembre del 2021, otra combinación de problemas físicos y convocatoria de la selección (todo concentrado en Trilli) le abrió un hueco en el lateral derecho del que se ha empeñado en no bajar. Con el canterano de nuevo alejado de Abegondo para aclimatarse a la sub-19 de Santi Denia, Víctor García ve crecer las opciones de recuperar su plaza en el carril. No solo le respalda la ausencia del trillizo en el entrenamiento de ayer y el de mañana; también un vínculo especial con el Dux.

«Contra ellos jugué mi primer partido oficial. Fue un poco loco», recuerda, apuntando a una tarde que también retiene en la memoria quien era su entrenador. «En nuestro primer encuentro de liga, entró desde el banquillo y marcó dos goles», detallaba Tito Ramallo el día en que se anunció la segunda etapa del futbolista de Xeraco en A Coruña, ubicándolo entre «lo poco salvable de aquella mala temporada del Fabril». La campaña concluyó en descenso a Tercera y arrancó con empate polémico en Boadilla del Monte.

Allí jugaba entonces el Internacional de Madrid (el patrocinio de Dux Gaming no llegó hasta el verano del 2020), un recién ascendido a Segunda B. Prometedor adversario para dar continuidad a la exitosa temporada 17-18, que la fabrilia había cerrado cayendo con honra en la eliminatoria frente al Extremadura tras concluir la fase regular en la segunda plaza del grupo 1. Pese a que el equipo había perdido a varios de sus mejores futbolistas, en el once que Ramallo plantó sobre el césped sintético del Municipal resistían jugadores como Blas, Raúl González, Mujaid o Uxío, y en la medular dirigía las operaciones el recién incorporado Villares. Entre quienes esperaban la alternativa, Gandoy, Valín o Víctor García. «Venía de una lesión, me perdí casi toda la pretemporada», aclara, acerca de su suplencia, el ahora lateral.

De aquellas aún ejercía de extremo y esa fue la plaza que ocupó cuando saltó al césped, en el minuto 62. Reemplazó a Villares, otro que estrenó allí su condición de blanquiazul, y el primer balón que tocó acabó en la red. El uruguayo May irrumpió por la izquierda, apuró la banda y centró. Del otro lado, Uxío puso la frente para colgar el cuero en el área pequeña. Intentó rematarlo Lucas, pero al salto le faltó un palmo y la pelota siguió camino hasta llegar a Víctor, que cabeceó en plancha sin oposición. Enseguida rozó el 1-2; el chut desde la frontal se marchó fuera por un pelo, aplazando la remontada hasta el minuto 83.

De nuevo May rompiendo líneas en carrera y buscando la frente de Uxío. El punta alcanzó la bola algo forzado y solo acertó a enviarla al larguero. Desde allí cayó a la cabeza de Víctor, permitiéndole redondear el debut. «Salir desde el banquillo y tener la suerte de meter los dos goles después de una pretemporada tan complicada fue toda una alegría», celebra ahora el jugador. El encuentro concluyó mal, con empate en un penalti polémico en el 95; pero dejó el camino marcado al autor del doblete. Su constancia lo devuelve al cinturón de Madrid, donde el rival ha retocado el nombre y se ha desplazado diez kilómetros al sur. De Boadilla del Monte a Villaviciosa de Odón. Allí defenderá Víctor García una camiseta en la que hace tres años no se atrevía a pensar.