«Todo va encaminado a que Juergen se quede un tiempo más en el Deportivo; si es largo, mejor»
TORRE DE MARATHÓN
Al futbolista colombiano le gustaría permanecer en el club coruñés en caso de ascenso y es feliz con el trato de la afición y su papel en el equipo, para el que anotó su primer gol el domingo
08 feb 2022 . Actualizado a las 10:52 h.El primero en verlo venir fue Carlos Bravo. Álvaro Rey había dado con Llamas en la frontal del área y en lugar del caracoleo había elegido el pase. Bola rasa para Juergen, que gravitaba en la media luna. El triple gesto del 6 se consumió en un segundo: la zurda frena el balón, se arma y golpea. Por la izquierda entra en escena Bravo, llegando al vuelo. Tarde. Como Vivancos, que avanza de frente y gira en el aire para ver pasar el cuero. Tampoco la estirada de Irazusta impide el estreno.
«Gracias a Dios, se le abre el arco», festeja Milton en Cartagena. «Ojalá vengan más goles», desea desde Colombia el padre de Juergen Elitim. El vástago solo está feliz a medias. «Me habría gustado que el momento fuera distinto, pero estoy contento por anotar el primero con esta camiseta», dice en la sala de prensa de Riazor, concluido su nuevo recital sobre el césped. Tiempo habrá de ampliar la cuenta. Tiene contratados al menos otros 17 encuentros con el Dépor. Y los que vengan.
«Lo hemos hablado varias veces y ese es su pensamiento. Se siente querido y vive bien en esa ciudad. Desde que llegó está cómodo en A Coruña y en el club», asegura el progenitor de la indiscutible estrella del conjunto coruñés y la categoría en que milita. El pensamiento que menciona coincide con el expuesto días atrás por Carlos Rosende. «Tenemos muy buena sintonía y se tratará de llegar a un acuerdo. Es un jugador estructural para un equipo como el nuestro. Si Dios quiere y salen las cosas bien esperamos que siga aquí mucho tiempo», había apuntado el secretario técnico.
La coincidencia no es casual, porque antes se produjo el encuentro. Milton pasó unas semanas en la ciudad donde ahora reside su hijo y acudió a verlo jugar al estadio —en Cartagena de Indias los problemas de conexión siguen saboteando sus intentos—. «Cruzamos palabras con el director deportivo y me hizo saber que están contentos con el comportamiento de Juergen», comparte, certificando lo obvio.
La satisfacción es mutua. «Toma como una responsabilidad mayor todo ese cariño que siente, sabe de la importancia del club al que representa», afirma el padre del talentoso centrocampista, que transmitió al chico su enfermedad por el fútbol. «Cuando él nació yo estaba enamorado de las selecciones de Brasil y de Alemania; como no había ningún nombre brasileño que nos gustara, le pusimos así por Klinsmann», detallaba para un reportaje cuando el colombiano empezaba a despuntar con el Dépor.
Reclutado a préstamo tras una campaña de contrastes al servicio de la Ponferradina —participó en 41 encuentros, pero solo fue titular en 17—, debutó en Riazor con un par de asistencias geniales frente al Celta B y veinte jornadas después ha hecho diana. De por medio, actuaciones impecables y tiempo de actividad suficiente para ser el jugador de campo con más minutos en faena (supera los 1.700), formando de inicio en todos los partidos de esta campaña. Con Borja Jiménez ha multiplicado su peso y radio de acción, brillando en cualquier posición en torno a la medular. Marca el tiempo, distribuye en corto y en largo, apenas pierde balones y se afana en labores de contención. Aparece para el inicio de la transición y para el último pase.
El propietario de la ficha de Juergen es el Watford. Rosende desvelaba que «desde su incorporación ha habido una comunicación fluida» con el club inglés y Milton desbroza el terreno: «Confío en que por parte de ellos no habría ningún problema». «Si las circunstancias se dan, le gustaría seguir», asegura el padre del futbolista. Circunstancias en las que habría que incluir el ansiado ascenso, por ahora bien encarrilado. «Todo va encaminado a que él se quedé un tiempo más», sostiene el progenitor, y pide un deseo: «Si es largo, mucho mejor».