Los problemas en el lateral del Deportivo: el camino de Trilli a Villares

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El equipo coruñés suspira por el regreso de Víctor García, lesionado sin fecha de recuperación, después de haber probado a siete jugadores en el lateral derecho

14 abr 2022 . Actualizado a las 17:03 h.

A escasos dos meses de la promoción, el Deportivo sigue sin encontrar un lateral derecho que encaje en sus expectativas. Había abierto la temporada el juvenil Trilli, ahora lesionado, al que le siguieron Lapeña, Alberto Benito (que, al igual que el inédito Valín, obtuvo la carta de libertad en el mercado de invierno), Víctor García, así como Aguirre y Doncel, ambos en el partido contra el Celta B, y, en la actualidad, Villares.

Desde el principio la posición pareció gafada, y hasta Borja Jiménez había acuñado el término «el mal del lateral derecho» en alguna de sus ruedas de prensa de principio de curso. El deportivismo creyó resuelto el galimatías cuando el técnico se inventó uno con los mimbres de un extremo en las carnes del joven Víctor García. Este se reveló como un lateral incansable, con el empuje y el sacrificio de un toro, capaz de subir y bajar constantemente y sin descanso la banda derecha, tal y como lleva haciendo todo el curso en la contraria el veterano Héctor Hernández.

El diestro, en su segunda oportunidad con la blanquiazul después de aquel debut de la mano de Natxo González en el 2018 y posterior marcha al Valladolid, al que ahora pertenece, fue casi el último recurso en la demarcación para saciar al actual míster. Este pudo impulsar así el juego del Deportivo desde los costados con dos futbolistas felices en su esquema, pues sus bríos atacantes cuentan con el respaldo de un ancla en la medular y el espacio que vacían los extremos.

Con Víctor y Héctor a su mejor rendimiento, el Deportivo voló en la clasificación. Acabó la primera vuelta con seis puntos de ventaja sobre el segundo, el Racing de Santander, y se plantó a finales de enero con la confianza del que se cree con todos los triunfos en la mano.

Pero el castillo de naipes se desmoronó herido justo allí desde donde se impulsaba. La baja de Víctor García, que no ha vuelto a jugar desde el 23 de enero, se ha revelado mortal. Sus malas sensaciones mantienen desesperados al propio futbolista, los servicios médicos del club y los especialistas que ha visitado. Unos dos meses y medio después sigue sin fecha para su regreso. Mientras tanto, su ausencia no solo echó por tierra las expectativas de ascenso directo, sino que el Deportivo mantiene en el alero la segunda plaza y la situación amenaza seriamente el éxito en una temporada cuya nota global pasa de 0 a 10 en función del desenlace del play off.

En su estreno con el primer equipo, Trilli dijo basta tras el partido del 5 de marzo contra el Racing de Ferrol, después de un esfuerzo de seis jornadas consecutivas en las que solo se perdió tres minutos frente al Real Unión. Los dos laterales con que el Deportivo se quedó en enero están tocados en la base. Víctor sufre un edema óseo en el tobillo, mientras Trilli padece un problema llamado impingement anterior, que consiste en una especie de pellizco en la articulación.

El contratiempo del juvenil dispone de mejor diagnóstico y se le espera de vuelta al equipo antes de que acabe la temporada regular. Sin embargo, la promesa deportivista no acudió a entrenarse el pasado miércoles a consecuencia de un proceso vírico, por lo que añade incertidumbre a su propia situación y a un puesto donde ya no quedan uñas que morderse.

Sin los dos jugadores elegidos para el lateral derecho, el entrenador no ha escatimado las pruebas. Su principal baza pasa por el carácter polivalente y disciplinado que acompaña la carrera de Diego Villares. Ascendido al primer equipo en el mes de enero del 2021 y vital la campaña pasada como mediocentro, ahora le toca reinventarse en un puesto que, como cuando jugaba de extremo izquierdo, ya probó en su etapa de formación. Incluso en el Fabril, de la mano de Valerón.

Borja Jiménez rompió la baraja en el reciente partido contra el Celta B, cuando probó ahí desde la alineación a Aguirre y Lapeña, pero acabó a la desesperada con un extremo como Doncel. Mientras el lateral zurdo se lesionó cuando podía haber llegado a convertirse en una posibilidad, es de central donde el riojano asegura su mejor rendimiento. Más cartas marcadas en un puesto que lleva toda la segunda vuelta sin resolver.

Víctor García: un edema óseo que requiere reposo

El último partido que Víctor García jugó con la blanquiazul fue precisamente contra el Dux Inter en la primera vuelta. Disputó los noventa minutos, descansó en el siguiente, jugado solo tres días después en Zamora, donde no salió del banquillo, y se lesionó en un entrenamiento posterior a puerta cerrada en Riazor. Al primer vistazo pareció un doloroso esguince de tobillo, pero el problema ha derivado en un edema óseo por el movimiento (llamado contragolpe) que la tibia hace en la cara interna del tobillo (el maleolo). Un edema óseo es una inflamación en la médula del hueso, cuyo tratamiento más habitual consiste en el reposo. Víctor García ha sufrido problemas incluso para caminar, por lo que después de su recuperación tendría que apuntalar la forma física.