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Los caminos cruzados de Yeremay Hernández y David Mella en el Dépor

TORRE DE MARATHÓN

Yeremay Hernández, durante un entrenamiento en Abegondo
Yeremay Hernández, durante un entrenamiento en Abegondo CESAR QUIAN

La falta de continuidad del canario con Borja Jiménez le hace valorar una cesión que relance este activo de un club que tiene en el santiagués un proyecto clave

04 jul 2022 . Actualizado a las 20:39 h.

Valgan un par de reflexiones para dar forma al carrusel de Yeremay Hernández. Hay dos jornadas de distancia y un mismo orador: Borja Jiménez. «El tema de Peke es que haga las cosas bien durante la semana, que demuestre el nivel que tiene. El entrenador, cuando ve a los jugadores bien, los pone, y ahora él lo está. Que siga con esa constancia que le permitirá acumular minutos. Se trata de hacer las cosas bien, de estar centrado aquí, tener la cabeza aquí, y entrenar muy bien». 17 de abril. El Deportivo acababa de golear al Dux y el extremo canario había dispuesto de media hora para llamar la atención.

«No haberlo visto hoy tiene dos motivos: el otro día no nos aportó tanto en el partido y no ha sido su mejor semana entrenando. El que entre tiene que valorar cada minuto dentro del campo». 30 de abril. El joven futbolista cortaba una racha de tres encuentros participando y seguía desde el banquillo el cómodo triunfo frente a la UD Logroñés.

El termómetro de los entrenamientos, que explicaría los picos de protagonismo, coloca en punto muerto la relación. Yeremay fue el único de los asiduos a las sesiones de trabajo de Borja que no llegó a estrenarse como titular. Solo frente a Unionistas, en un duelo sin trascendencia, alcanzó los tres cuartos de hora de acción en Liga. En Copa rebasó ese tiempo gracias a la prórroga ante el UCAM. Y fue esa cita a gran nivel en Murcia, su primera con el Dépor, la que le abrió la puerta a más. Breves intervenciones en las jornadas 15 y 16, frenazo; 54 minutos repartidos entre las jornadas 31, 32 y 33, nuevo alto; continuidad de la 36 a la 38 y desaparición en el play off.

La promoción concluyó de mala manera para el conjunto blanquiazul y el revés colectivo tuvo traducción individual, privando al habilidoso extremo de una ficha fija en el primer equipo, condicionada al ascenso a Segunda División. Ahora se abre un escenario complicado porque nada le asegura mayor protagonismo y difícilmente aplacará sus ganas con más encuentros en Tercera RFEF con el Fabril.

Así las cosas y si el club está por la labor, el futbolista, de 19 años, no vería con malos ojos una cesión que le permitiera encontrar mayor confianza y probarse en una categoría superior, sirviendo al tiempo de escaparate para este activo blanquiazul. Su contrato finaliza en junio del 2024 y esta campaña (dentro o fuera de A Coruña) se anuncia decisiva para determinar su porvenir.

También le restan dos temporadas al vínculo de otro de los grandes talentos con ficha del filial. Comparten punto de partida en la esquina izquierda, pero mientras el canario tiende al quiebro en seco para aprovechar su diestra en diagonal, David Mella es una bala zurda capaz de conducir o llegar al espacio a máxima velocidad.

Nadie ha quemado etapas tan rápido como este santiagués hijo de deportivista —su padre, Gonzalo, fue delantero del club a finales de los 80—, cuyo rendimiento llevó a Julen Guerrero a convocarlo para el Europeo con la selección sub-17. Representando a España hizo un gol fenomenal.

Otro más en una campaña en la que también vio puerta con el Fabril y el juvenil. A las órdenes de Manuel Pablo, este menudo extremo nacido en Teo el 23 de mayo del 2005 le anotó al Maccabi Haifa en la Youth League.

Si nada se tuerce, la fenomenal progresión cuajará en una pretemporada con el primer equipo antes de seguir trabajando con Óscar Gilsanz. Después de 16 encuentros como titular en el B, Mella tiene margen para crecer todavía mientras espera su debut oficial en el Deportivo.

La ocasión de romper hacia la esquina izquierda sirviendo al club en el que se formó. Ese rincón que el curso pasado ocupó a cuentagotas Yeremay, donde podría quedar un vacío que disimular.

Una plaza todavía pendiente de los refuerzos

Tanto Yeremay Hernández como David Mella aspiran a abrirse hueco en una plaza que todavía no tiene dueño tras la salida de quienes la ocuparon con mayor asiduidad.

William de Camargo abandonó A Coruña tras el fiasco de la promoción para retornar a la disciplina del Leganés, aunque difícilmente se quedará en el club de Butarque. Nada ha cambiado para el brasileño respecto a la situación que le hizo abandonar Madrid. Si acaso, el crédito ganado en el Deportivo y que complicará mucho volver a contar con él en Primera RFEF.

Otro de los que partieron con frecuencia desde la esquina izquierda fue Mario Soriano. Y este sí tiene muchas opciones de retornar a la disciplina blanquiazul. Su hermano anunciaba recientemente en La Voz que el enganche pedirá al Atlético que renueve la cesión.

Independientemente de que cuaje el interés, el Dépor precisa de un especialista para dar profundidad y amplitud a este flanco en ataque; Soriano acostumbra a asociarse por dentro.

La banda derecha está mejor cubierta con la continuidad de Alberto Quiles y la incorporación de Víctor Narro, reclutado con la carta de libertad después de abandonar el Valladolid Promesas. También se desenvuelve en ese costado Carlos Doncel, pero su protagonismo fue mínimo en el curso recién concluido y seguramente saldrá del club.