Ignacio Abeledo: «Óscar Cano habla mucho con el jugador para transmitir lo que quiere»
TORRE DE MARATHÓN

«Me subió al Betis B siendo juvenil», recuerda el exfabrilista, que el domingo vuelve a Riazor con el Linares para medirse al Deportivo
14 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Llegó al Fabril como regalo de Reyes del año 2019, junto a Arturo Segado, con el objetivo de salvar a un filial que ya se enfilaba hacia Tercera. Casi cuatro años más tarde, Ignacio Abeledo (Huelva, 1996), regresará a A Coruña para jugar este domingo (19 horas, TVG 2) en Riazor como una de las figuras del Linares. Será un partido especial también por su reencuentro con Óscar Cano, el entrenador que lo hizo debutar en el Betis B con 17 años recién cumplidos.
—De vuelta por A Coruña.
—Pues sí, ya con muchas ganas de estar de nuevo por allí. Fue una etapa muy bonita y siempre es un gusto volver a los sitios en donde ya has estado.
—Deportivamente, las cosas no salieron, fue el año del descenso, pero todo es aprendizaje.
—Sí, ya sabía a lo que iba. Yo fui seis meses, de enero a junio, y ya era consciente de que no iba a ser fácil salvar al equipo. Pero bueno, es un club al que uno siempre quiere ir y el tiempo que estuve allí fue todo increíble. Se me trató estupendamente y la ciudad también es muy bonita. Los meses que estuve, en lo personal, fueron muy buenos.
—¿Guarda todavía contactos de su paso por el Fabril?
—A ver, muchas veces en el fútbol vas perdiendo… Unos se van a un lado, otros a otro… Pero bueno, por redes sociales o por whatasapp, de vez en cuando chateo con alguno. También con amistades de fuera del fútbol que dejé allí. En esa época éramos buen grupo.
—De aquel filial no queda nadie. Solo Brea que entonces era juvenil.
—Sí. Villares estuvo ese año, pero cuando yo llegué él ya se había ido cedido al Racing Vilalbés. Así que yo creo que no, que no queda ninguno ya por allí.
—También se reencontrará con Óscar Cano.
—Tengo un buen recuerdo de él. Fue el que me dio la oportunidad de subir al filial siendo juvenil y además con él logramos el ascenso a Segunda B.
—¿Cómo lo recuerda?
—Como un entrenador intenso, que le gustaba ser dominante y que habla mucho con los jugadores para transmitirles lo que él quiere. Además, le apasiona el fútbol y eso se nota dentro del terreno de juego.
—¿Y qué fue de Abeledo cuando se marchó del Fabril?
—Volví al Nàstic, el club del que había venido cedido. Hice la pretemporada con ellos y ninguna de las dos partes queríamos continuar con el vínculo. El club rescindió un poco más tarde de la cuenta y decidí irme un año a mi casa [al San Roque de Leme, de Tercera Federación]. Luego justo vino el covid, ya vimos cómo se puso todo, y decidí seguir. Ascendimos de categoría y la pasada temporada hicimos muy buena liga en Segunda RFEF. En verano ya me vino la oportunidad del Linares y mira, ya me dije: «Hay que dar un pasito más». Y ya estáis viendo. Contentísimo por cómo está saliendo todo. Esperemos que siga así.
—Está en su resurgir.
—Sí, claro. Al final uno se quiere reivindicar. Estoy en un año muy bonito y se puede hacer aún mejor todavía. Pero para eso hay que seguir trabajando y no bajar los brazos.
—Su carrera es una montaña rusa. Cuando estaba en la cantera del Betis apuntaba muy alto. ¿Cómo lo lleva todo mentalmente?
—Yo esto lo vivo en el día a día. Desde que era chico [pequeño] sé que el fútbol es así. Unos días estás arriba, otros abajo…. Así que tu mente siempre tiene que estar preparada para eso. Pensar en el pasado solo sirve para aprender de los errores y lo importante es mirar hacia adelante y centrarse en el día a día.
—Al menos desde fuera da la impresión que la forma de jugar de su entrenador, Alberto González, le va como anillo al dedo.
—Hombre claro. Me va superbién. En su fútbol le gusta jugar mucho por las bandas, ser profundos, vertical… Y eso es todo lo que quiere un extremo como yo para poder sacar todo el juego que lleva dentro.
—Fue a caer al sitio idóneo.
—Sí, sí… Yo a Alberto ya lo conocía de la etapa del Betis. Tuvimos la oportunidad de estar juntos varias veces, pero no se dio. Este año ya me toca disfrutarlo.
—¿Cómo viven esta situación de estar ahí arriba?
—Vamos día a día. Estamos supercontentos de lo que estamos consiguiendo, pero tenemos los pies en el suelo. Como siempre sucede, la derrota llegará, pero estamos trabajando para que sea lo más tarde posible.
—¿Cómo es Alberto González? Algo debe tener para lograr el rendimiento que está sacando del Linares en los últimos años.
—Es un entrenador que siempre sabe lo que quiere para su equipo y además consigue mantenernos a todos enchufados. Tiene una cosa muy buena, que es que te explica muy bien qué es lo que quiere que pase el domingo. En el día a día te enseña cosas nuevas para mejorar y esa es una virtud increíble para cualquier entrenador. Lleva muchos años haciéndolo bien y eso es por algo.
—En las quinielas para estar arriba había otros equipos como el Dépor, al que ya le sacan siete puntos en siete jornadas.
—Nosotros trabajamos desde el silencio y haciéndolo así estamos consiguiendo cosas buenas. Lo único que queremos es seguir en esa dinámica.
—¿Cómo llevan lo de jugar en Riazor?
—Hombre…. Todo el mundo tiene muchas ganas de pisar un campo de Primera División. Es un estadio histórico del fútbol español y para nosotros es un orgullo jugar este domingo allí.
—Con el Fabril no tuvo la oportunidad, pero podrá ahora como visitante.
—Algún entrenamiento hice allí, pero no va a ser igual. Jugar con ese ambiente, ante tanta gente como va a haber… Pufff. A mí me toco vivirlo desde la grada y ahora, aunque sea de visitante, podré hacerlo desde el verde.
—El Dépor llega necesitado.
—Nunca hay que dar por muerto a un equipo como el Dépor, que es de los mejores de la categoría. No ha tenido un buen arranque, pero no podemos confiarnos solo porque no esté en una buena racha. El Dépor, a la mínima que puede, te destroza. Tenemos que ir al cien por cien y dar lo mejor de cada uno de nosotros.
—Les puede venir bien jugar con sus nervios.
—Sí, a ver… Ellos tienen más presión por ganar que nosotros. Juegan en su campo… Pero debemos mantener la concentración durante los noventa minutos, porque con los jugadores que tienen, en cualquier momento te pueden hacer una avería.
—¿Cómo está viendo la Liga?
—La Primera Federación es un campeonato muy competido, muy igualado. En un partido, en una pequeña racha, te puede hacer pasar del play off al descenso. Así que esta no es una clasificación real. Solo llevamos siete partidos. No hay nada significativo que te pueda valer para decir qué va a pasar al final de temporada.