Ni por un festival, ni por una celebración de San Juan, A priori, Riazor volverá a acoger al Deportivo para disputar la promoción de ascenso al fútbol profesional. Las matemáticas aún nos dan un atisbo de esperanza, una posibilidad, para poder ganar la liga y ascender. Pasa por vencer en todos los partidos que faltan, pero la lógica y empírica no apoyan dicha posibilidad. Y es que sigo sorprendido por cómo, cuando juega fuera de casa, el Dépor deja de ser el mejor equipo de la categoría, como lo es en Riazor, para convertirse en uno vulgar. Al menos, durante lo que llevamos de año.
Llegamos a Córdoba sin nuestro mejor futbolista. Por ello, Quiles tuvo que soportar el peso ofensivo. Soriano asiste y el 9 marca. No sé si a los jugadores del Talavera les han llamado para jugar en la Liga 123; pero a estos dos, con o sin el Dépor, sí les llamarán.
El paso por los vestuarios volvió a recordar al equipo que entraba al túnel para refrescar el cuerpo pero no la mente. Salimos sin ideas, superados por un conjunto que necesitaba ganar, sí o sí. Quizá hubiese cambiado el devenir del encuentro si el colegiado y sus asistentes llegasen a estar a la altura del partido. Un gran error de los cuatro nos condenó a perder a nuestro estandarte y a no poder cerrar el encuentro con una superioridad a veces peligrosa, pero que este año siempre hemos sabido gestionar bien.
Lo que realmente me llama poderosamente la atención es que se firmó el empate. Un empate que nos deja a dos tropiezos de los madrileños, lo mismo que habría ocurrido con una derrota. Sin embargo, ganar nos habría dado la posibilidad de esperar un solo tropiezo de Castilla y Racing de Ferrol para depender de nosotros mismos. Cuentas de la lechera, lo sé, pero es la cruda realidad.
Soy de los que está convencido de que, con tablas en el marcador, si piensas en empatar siempre estarás mas cerca de perder. La ambición en el deporte es lo que diferencia al ganador y a un gran deportista que de ser recordado lo sería por hacer obras de caridad, pero no por sus victorias.
No nos hubiesen venido nada mal los nueve puntos del doctor Lariño. No me cansaré de recalcar la suerte que tenemos por contar con profesionales con su carisma dentro del club. No podremos ver a Quiles este sábado; el pronóstico es muy negativo, y sin él las posibilidades del Dépor se reducen. Pronta recuperación. Moita forza.