Es un entrenador que le da mucha importancia a todos los detalles. Se basa en un equipo con una estructura en la que todos los jugadores puedan desarrollar su talento y esta, a la vez, está supeditada a cómo se puede ganar el partido. Cómo imponerse en el enfrentamiento. A partir de estos detalles, Rubén de la Barrera organiza su semana de entrenamiento.
Es una persona que tiene una energía muy por encima de la media. La contagia en el día a día tanto a los jugadores como al cuerpo técnico. Rubén tiene un valor añadido en una situación como esta. Siente un amor muy grande por el Deportivo, desde pequeño. Si tiene esa energía y muchas ganas de hacer las cosas bien en cualquier equipo en el que trabaja, todavía más en el conjunto coruñés. Será un plus, es el equipo de sus amores. Si hay alguien que, ahora mismo, pueda estimular al vestuario, a los aficionados y a la ciudad, ese es Rubén de la Barrera.
A nivel personal, es tal cual se muestra en sus ruedas de prensa. Habla como piensa. Es una persona que no adorna nada, sus declaraciones muestran sus intenciones. Como detalle curioso... Trabajé con él en Catar, en el Al Ahli, y, durante mi primer mes allí, tuve que adaptarme tanto al lenguaje que él utilizaba como al del resto del cuerpo técnico. Llevaban tiempo juntos y estaban acostumbrados. Rubén es una persona que no tiene ni doble cara ni filtro.
El entrenador coruñés tiene estudiado el más mínimo detalle del fútbol. Emplea cotidianamente su jerga característica, porque así es como De la Barrera comprende este deporte.