Enorme respuesta de la hinchada blanquiazul, que se hizo sentir
11 jun 2023 . Actualizado a las 21:17 h.El pasillo cerraba en blanquinegro, pero abría en blanquiazul. Y desde ese arranque de la vía muerta que concluía en Castalia, la inmensa minoría de aficionados del Deportivo plantó cara durante la previa del encuentro a un enemigo que no fue exactamente tal. La hinchada visitante disfrutó de su momento de comunión con una amplia representación de los seguidores orellut antes de emprender camino cantado hasta el estadio.
Allí se instalaron tras las vallas que defendía el amplio despliegue de fuerzas de seguridad. Precaución que se probó innecesaria, si se atiende a la buena sintonía que no interrumpió ni la llegada del grupo más nutrido de fieles del Castellón. Poco después apareció también el bus del conjunto local, recibido entre una estruendosa ovación y el sonido de petardos. Jaleo transformado en abucheo cuando el vehículo que enfiló la rotonda que precedía al pasillo vino cargado de jugadores del Dépor.
El reducto coruñés se encendió entonces a ritmo del «dale Dé» para anunciar su intención de rebelarse contra la multitud de gargantas que respaldaban al anfitrión. 50 veces más, si se atiende a las cifras oficiales. Reparando solo en la impresión visual y sonora, el duelo estuvo mucho más equilibrado.
Y eso que el equipo blanquinegro puso todo de su parte para exhibir superioridad: desde el himno, el mosaico y las banderas ondeando a pie de césped, al círculo de conjura que montó el plantel a la altura de la medular antes de arrancar el encuentro.
Cada tanto echó gasolina a los ánimos, caldeados hasta que los de Rubén de la Barrera empezaron a responder. Entonces se hizo el silencio, especialmente clamoroso en el intermedio de la prórroga, cuando el Deportivo había empatado por tercera vez. Ahí se alzó la voz de la esquina coruñesa. Contundente incluso con el partido acabado y mientras arreciaba la tormenta, respondiendo con aplausos bajo la lluvia al desagravio final del plantel.