El Dépor se da otro homenaje en Riazor (4-0)

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Golea sin exigirse a un descafeinado Bragantino para cerrar un Teresa Herrera cargado de emotividad

06 ago 2023 . Actualizado a las 22:20 h.

El extenso plan de festejos incluía un cambio en el 21, porque el Deportivo ha descubierto el filón de los números cargados de contenido y pretendía que su capitán pasara sobre el césped tantos minutos como años duró su carrera en el club. Álex Bergantiños echó cuentas y aprovechó la ocasión: cuando acabó de retirarse, el cronómetro del marcador alcanzaba el 24, aquel dorsal con el que el futbolista de la Sagrada compareció por primera vez en Riazor. No fue sobre el mismo césped al que plantó un beso en su despedida, y entre los hinchas que le aplaudieron había varios que no existían cuando finalmente debutó con el primer equipo, a punto de concluir otro mes de agosto, doce temporadas atrás.

Aquel Dépor militaba en la categoría a la que ahora trata de volver y aún subiría un peldaño más, pero las turbulencias que se han llevado por delante futbolistas, técnicos y directivos no han conseguido hacer mella en la afición. Y mientras la entidad blanquiazul intenta reforzar esa identidad que debilitan pérdidas como la del sobrio centrocampista, la grada, irreductible, sigue atendiendo cualquier reclamo; incluso para animar un Teresa Herrera descafeinado frente a un rival sub-23.

A la ocasión le daban empaque una larga serie de homenajes, que incluían a Luis Suárez, Mauro Silva y Bebeto, y el estreno de la peculiar segunda equipación. Tributo a la Canarinha que una vez nutrió al vestuario blanquiazul y que no hubo manera de reconocer en este conjunto todavía en fase inicial de rodaje, más parecido al Brasil del 2018 que al del 94. Como ventaja frente al inoperante combinado de Tite, en este Dépor sí se atisba un hombre gol.

Barbero no repara, de momento, en la talla del adversario. Permanece obsesionado con la red y a los dos goles del martes les sumó otro par. Uno en cada mitad. Antes del descanso descargó de espaldas un envío raso de Yeremay desde la izquierda y esperó a que Lucas combinara con Paris Adot para volver a reencontrarse con la bola, centrada por el lateral, y anotar. En el segundo tiempo aprovechó un pase filtrado por Narro y volvió a acertar. Al remate le sumó rigor táctico y desmarque, anunciando un interesante porvenir.

Entre ambas dianas, coló la suya Davo, otro que pinta bien. En su caso ayudó bastante una defensa confundida cuando la pelota impulsada por Lucas superó a Barbero, su destinatario inicial. Si la zaga y la medular todavía precisan mayor sintonía (de sostener la portería a cero se encargó un solvente Mackay), el frente de ataque parece mejor afinado y gozar de recursos suficientes, incluso en tardes poco afortunadas de su 10. Yeremay quiso más de lo que pudo, pero el duelo tampoco exigió de su mejor versión.

De abrochar la goleada que cerró el Teresa Herrera se encargó José Ángel, negándole a Martín Ochoa la oportunidad de lanzar el penalti que había forzado. Se impusieron los galones del veterano, reemplazo futbolístico del ya retirado capitán. Falta quien aporte la identidad. De momento, se basta Riazor.