Durante el partido con el que se estrenó la temporada en Riazor, nuestro club nos daba una cifra impactante de alta de socios, anunciando que se habían superado los 25.000. Somos un ejemplo de pasión deportiva.
Siempre he sido partidario de apostar por pretemporadas duras: muchos partidos, mucha carga y resultados no tan positivos como le gustaría a una afición que desea ver a su equipo salir campeón. Creo que las victorias en verano son falsas compañeras para la mentalidad de los jugadores; te brindan un punto de relajación ante el inicio de liga muy peligroso. Lo mismo opino de los arranques de campeonato que parecen salidos de un cuento de hadas.
Me parecen mas peligrosos de cara a la carrera por el título los equipos a los que les cuesta engrasar y plasmar la idea del entrenador; sin ir mas lejos, el Alcorcón retornó a la categoría de plata en un año en el que su inicio liguero auguraba ser una decepción: malos resultados y pocos goles. Sin embargo, acabó ascendiendo dando la imagen de ser el equipo mas sólido del grupo 1 de Primera Federación.
Este fin de semana llegó el debut de Imanol Idiakez al frente del que sigue siendo el trasatlántico de la categoría. No importa que Lugo y Ponferradina acaben de soltar de la mano el fútbol profesional, el Dépor es el favorito al ascenso, y así hay que vivirlo y sentirlo. Las temporadas son muy largas y vendrán momentos buenos y malos, vendrán tropiezos, y también esperemos que Imanol se siente en una rueda de prensa después de haber conseguido ganar siete partidos consecutivos.
Lo del sábado en Riazor fue un tropiezo, pero me gusta lo que veo, me gusta el discurso del míster y me gusta lo que leo sobre la dirección deportiva del club. Son sensaciones y mi opinión, pero de la misma forma que desde la salida de Rubén de la Barrera nos había entrado un miedo en el cuerpo a que se repitiesen malas decisiones del pasado, de Soriano solo me llegan buenas nuevas y que ha asumido el cargo con lo más importante: ilusión y ganas de conseguir el objetivo.
Para terminar, humor; nos merecimos los tres puntos, que se quedaron en uno, pero aun así dependemos de nosotros mismos.