El síndrome compartimental lleva al quirófano al delantero, que renueva hasta el 2026 con el Deportivo y tardará unos tres meses en volver a jugar
18 dic 2023 . Actualizado a las 19:41 h.Cuando el fútbol no distrae a Martín Ochoa, exigiéndole un desmarque o sirviéndole una pelota que rematar, el delantero lucha por mantener activos los pies. El esfuerzo se traduce en un trote peculiar. Golpes de puntera y tacón; un constante claqueteo sobre el césped, a ritmo despertador. Puede pasar desapercibido para el espectador porque la cámara no se detiene lo suficiente en el punta y desde la grada el juego invita a seguir el balón. Pero sus compañeros y entrenadores sabían de este caminar distinto que ahora le conduce a la sala de operación. Al joven delantero riojano se le duermen los pies, víctimas del síndrome compartimental.
Un problema de traducción compleja: los músculos están envueltos por un tejido denominado fascia que no es extensible, y cuando no son capaces de drenar la sangre que reciben, la presión aumenta, impidiendo continuar con el riego. El músculo se inflama y se isquemiza; no cuenta con el oxígeno necesario para funcionar. Teniendo en cuenta que el riego durante el ejercicio es veinte veces mayor que en reposo, el aumento de volumen se traduce en dolor y en la compresión de las estructuras de alrededor. En el caso de Ochoa, del nervio que llega a la planta del pie.
De aliviar la situación del ariete se encargará el traumatólogo Rafael Arriaza, tras fracasar el tratamiento conservador. En manos del doctor se han puesto ya todo tipo de deportistas, y, por supuesto, el caso del jugador del Fabril tiene un precedente en blanquiazul. No es exacto, porque Aldo Duscher tenía afectado un compartimento muscular distinto entre los cuatro que agrupa la pierna —anterior, mientras que en esta ocasión se trata del posterior creciente—, pero el exfutbolista argentino recuerda bien su intervención.
«Había que cortar la fascia para liberar el músculo —apunta por teléfono desde su país—. La zona se ponía como fibrosa; se me cargaba el tibial y me hacía parar por el dolor, que me llegaba a la punta del dedo. A mí me molestaba al levantar el empeine y a veces no podía ni ponerme la zapatilla. Fue al hacer una prueba con corrientes que Arriaza me descubrió la compresión. Creo que Manuel Pablo también pasó por algo parecido después de su operación». El centrocampista estuvo parado un tiempo considerable: «Aquello fue a finales de agosto y no volví a jugar hasta diciembre».
Tres meses de recuperación que, muy probablemente, también esperen a Martín, aunque Fernando Soriano quisiera ofrecer desde Espiñedo la opción de un retorno acelerado, abriendo la horquilla a partir de la tercera semana. Lapso que descartan todos los especialistas consultados.
Estos subrayan que no se trata de un percance grave, y que resulta relativamente frecuente en otras zonas del cuerpo, como los antebrazos, obligando a algunos motoristas a someterse también a cirugía. El mismo Arriaza intervino recientemente por esta dolencia a un deportista de élite dedicado al bádminton, con problemas para sujetar la raqueta con su mano aletargada. En las extremidades superiores son más frecuentes las recaídas.
No es extraño que los pacientes sean de corta edad porque el síndrome compartimental suele empezar a dar síntomas en el momento del estirón puberal. Lo primero que se nota es la sensación de hormigueo que algunos, como el delantero riojano, tratan de resolver inútilmente con un zapateado, obviando que el origen del mal está en una parte del cuerpo distinta a la que tratan de espabilar. La operación tiene el componente delicado que supone tratar una zona próxima a nervios y vasos sanguíneos. Reto solventado con éxito en repetidas ocasiones por el especialista al bisturí.
Esta vez operará a una de las promesas más consolidadas de la cantera deportivista. Anotador asiduo desde el cadete hasta el filial, Martín Ochoa ya sabe lo que es ser titular y marcar con el primer equipo del club coruñés La entidad ha premiado la fenomenal progresión estirando el contrato del joven valor. Mañana cumple 19. Hoy firma hasta el 2026. Será poco antes de que le despierten los pies.