La llegada al Fabril del lateral Álvaro Baladía, también desde el Villarreal, desatascó la cesión del extremo y acerca a Iano Simao al primer equipo
31 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A Luis Quintero le esperaba otro Luis Quintero en el vestíbulo de Alvedro. Una cara conocida, la de su padre, para recibir al nuevo extremo del Deportivo tras varios días de incertidumbre por culpa del reglamento. Para incorporar al internacional en las categorías inferiores de Colombia, la entidad blanquiazul tuvo que avenirse a un oportunísimo dos por uno. El Villarreal precisaba liberar una ficha con la que recuperar al jugador cedido en el Amorebieta antes de volver a prestarlo. Tenía el cupo completo, tanto en el filial como en su equipo C, desde donde llega al Fabril Álvaro Baladía. El lateral izquierdo reforzará al conjunto que dirige Óscar Gilsanz para que resulte algo menos dolorosa la pérdida de Iano Simao, cuando este (si no hay giro dramático) ascienda mañana al primer equipo.
La salida del carrilero dejó el hueco para la inscripción de Quintero en el club castellonense, desatascando la operación que lo trae a Riazor. Un estadio que conoce de sobra; al menos, en condición de hincha desde la grada. La familia materna de este joven atacante de solo 19 años reside en A Coruña, y a través de ella llegó la afición al Dépor cuando era un crío.
Ahora tendrá la ocasión de pisar el césped con contrato hasta final de curso y una opción de compra en caso de que su desempeño convenza y contribuya al necesario ascenso. En su último equipo deja a alguien convencido de que triunfará en un plantel que no le es ajeno: lo engrosó hace tres años. Rayco Rodríguez milita en el Amorebieta y avala la decisión de apostar por su ya excompañero: «Es un pepino de futbolista. Muy vertical, con un uno contra uno muy bueno. Un chico genial y un avión cuando se trata de jugar hacia adelante».
Quintero intervino con asiduidad en Segunda División al servicio del conjunto vasco, pero apenas logró hacerlo como titular: Participó en 16 encuentros, en cuatro desde el inicio. La última vez, en Copa del Rey, en Balaídos. En su nuevo destino deberá ganarse el favor de Imanol Idiakez superando la dura competencia que supone David Mella, actual ocupante de la esquina derecha del ataque deportivista.
Un frente ofensivo donde se han centrado los refuerzos del mercado de invierno. También lo apuntalará, desde el carril central, el ariete Raúl Alcaina.
Este llega traspasado desde el Alcoyano, que recibe una compensación económica y el compromiso de un 10 % de los beneficios en caso de futura venta del punta. Firma hasta el 2026 y consumirá la ficha liberada con la rescisión de Ian Mackay, la penúltima disponible de tipo sénior. Si no sale ninguno de los que menos cuentan (ni Pablo Valcarce ni Berto Cayarga han tenido minutos en enero) solo restará la destinada al lateral izquierdo. Y ahí resuena Baladía y su incorporación desde el Villarreal. Le podría discutir el puesto a Simao en el Fabril, pero difícilmente tendrá ocasión de medir sus prestaciones con las del de Guinea Bissau.
Gilsanz perderá en su lucha por la permanencia a uno de los mejores jugadores de Segunda Federación. Lo ganará Idiakez, un escalón por encima. No pondrá reparos el técnico del filial, como no lo ha hecho con los casos de Martín Ochoa, Rubén López o un Mella que también aspira al salto de categoría.
Para ofrecérselo resulta indispensable una vacante sub-23. Quintero se ha hecho con la de Pablo Muñoz. La nueva la concederá Alberto Retuerta. El zaguero obtuvo el alta médica tras superar la trombosis venosa que afectó a su zurda, pero no cumplirá los seis meses de contrato que le restan en el Dépor. Su destino, muy probablemente, será el Hércules, según lo adelantado por la Cadena Cope. Ya militó en la entidad alicantina la pasada campaña. Faltaría, quizá, otro centrocampista, pero las piezas van encajando, a dos días de que el mercado eche el cierre.