Empate, y gracias, para resumir. Porque si tenemos en cuenta las ocasiones de uno y otro equipo, especialmente en la primera mitad, el Dépor consiguió en el Nou Estadi más de lo merecido.
Durante esos primeros 45 minutos, el Nàstic fue mejor. Los de Imanol Idiakez solo lograron imponer su propuesta en el tramo que vino inmediatamente después del gol de Mella, cuando los locales parecieron quedarse sin reacción. Una vez logrado el 1-1 el mando volvió al equipo de casa.
Posiblemente, más allá de haber logrado estirar el número de jornadas sin perder y retener el liderato en una cita compleja, la mejor noticia para los blanquiazules esté en la aparición de Germán Parreño. Hasta ahora, no había nada que achacarle, pero faltaba un partido en el que ganar puntos gracias a sus intervenciones, que fueron clave al principio y al final del encuentro.
Se suma así el portero a la serie de aspectos positivos que va dejando este 2024 en el que va avanzando la remontada del Deportivo. Ahora se trata de no bajar los brazos, porque en cuatro puntos hay cinco equipos. Falta todavía un montón que remar, pero viniendo de donde veníamos, el balance solo puede ser sobresaliente.
En cuanto a la evolución del encuentro solo faltó que saliera Jaime Sánchez al campo para que el entrenador calcara los cambios de cada partido. Los hombres de confianza no van, de momento, más allá. Estaría bien haber podido ver al menos algunos minutos de Luis Quintero para comprobar si el jugador cedido por el Villarreal puede servir de alternativa cuando no estén David Mella o Yeremay.
No pretendo hacer una crítica a esta rutina, porque son muchos los equipos construidos en torno a un grupo consolidado, y nada indica que quienes menos participan estén desenchufados. Aún quedan once jornadas para comprobarlo. En cualquier caso, no hay a estas alturas espacio para buscar aspectos negativos porque no lo merece el equipo. El balance es para celebrar y pensar que, pese a todo lo que viene por delante, el año sigue yendo fenomenal.