Lucas Pérez solo falló cuatro penaltis de 33 lanzamientos desde su debut profesional
TORRE DE MARATHÓN
Hasta ahora había anotado los cinco que había lanzado en su retorno al Deportivo
21 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Fue un resbalón de manual, me río por no llorar, pero es lo que hay. Cabeza arriba. Para mi pesar no es el único penalti que he fallado en mi carrera, la siguiente oportunidad intentaré no resbalarme y hacer gol». Lucas Pérez se expresó sin rodeos al final del partido del pasado sábado, en que con 0-1 falló la cuarta pena máxima de su carrera, la que hubiera supuesto el empate del Dépor cuando aún quedaban muchos minutos de la segunda parte.
El futbolista coruñés, que supera los 300 partidos en Primera, Segunda, Segunda B y Primera Federación, así como las ligas de Inglaterra, Grecia y Ucrania, solo había marrado otros tres penaltis anteriormente. Según los datos de Transfermarkt, su error más reciente se remontaba al 25 de octubre del 2020, cuando con la camiseta del Alavés y en otra tarde de lluvia chutó al larguero frente al Valladolid en un Zorrilla vacío por la pandemia. Desde entonces, y hasta el del pasado domingo, había chutado otros nueve penaltis, incluidos los tres que el delantero llevaba anotados esta temporada, todos desde el pasado mes de enero, contra la Ponferradina, el Osasuna B y, el pasado día 3, en el derbi contra el Lugo. La campaña pasada lanzó y marcó dos, incluido el que endosó al Castellón en el play off. Anteriormente había disparado uno en Copa con el Cádiz contra el Valencia y con el Alavés había anotado tres después de aquel fallo.
Los otros dos únicos errores de Lucas desde el punto de penalti ocurrieron con el Deportivo. El 23 de febrero del 2018, en un partido contra el Espanyol en los últimos meses de su equipo en Primera División, Diego López adivinó el lado al que tiró una falta en área cometida sobre él. En el año de su estreno con la blanquiazul, el 12 de abril del 2015, durante un partido contra la Real Sociedad, Rulli rechazó su penalti, pero Lucas corrió y, sin que el balón llegase a caer al suelo, lo acabó por empujar a la red.