Con algunos de los mejores datos de la categoría y tras batir registros propios de hace varias campañas, el equipo coruñés abre un futuro nuevo
04 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El gol vuelve a sonreír al Deportivo, que deja atrás el barro. De la mano de un Lucas colosal, convertido en el estandarte de una plantilla que ha ofrecido un gran rendimiento, el equipo coruñés ha recuperado cifras, registros de calado y sensaciones que llevaba sin alcanzar muchas temporadas. Es cierto que completó su cuarta temporada lejos de la categoría que le corresponde por historia, afición y capacidad de su jugador franquicia, pero un repaso a su trayectoria reciente obliga a retroceder a hace doce campañas para hallar un éxito tan aplastante como el que acaba de protagonizar.
Aquella quedó acuñada como la del Dépor de los récords en Segunda División. Ahora bien podría ser la que alumbre un nuevo resurgir blanquiazul, de la mano de un fútbol atacante e identificado con una hinchada hambrienta y genuinamente implicada en el devenir de su equipo. Es la tierra adecuada en la que sembrar la ilusión del próximo proyecto en el fútbol de élite.
Lucas, factor diferencial
Cuando la liga se empinó, el capitán se convirtió en el turbo de un Deportivo que se acabó quedando sin rivales. En los ocho últimos partidos, de los que el capitán blanquiazul jugó siete (incluido el intrascendente 3-1 frente al Real Unión), marcó seis goles y dio cuatro asistencias. Nada más que decir del jugador que hizo realidad el sueño de todos en el momento que hay que demostrar resiliencia y convicción. Sus cifras de toda la temporada (16 goles y 19 asistencias) hablan de su participación directa en nada menos que la mitad de los tantos de su equipo.
En Primera Federación solo Quiles protagonizó una cifra de goles aun mayor en el equipo coruñés hace dos temporadas. Acabó entonces con 22 goles, 18 en liga, dos en Copa y otros dos en el play off. Con el club todavía en el fútbol profesional, Quique González marcó 17 (16 en liga y uno más en la fase de ascenso) en aquel Deportivo que acabó naufragando en Mallorca en la noche de San Xoán durante la final por el ascenso a Primera División. Y en la máxima categoría, el propio Lucas llegó a los 17 tantos solo unas semanas antes de que el Arsenal pagase 20 millones de euros por su traspaso.
En la frontera de los 70 goles
A los 64 goles con que el equipo entrenado por Idiakez acabó la liga (tras una segunda vuelta con récord de puntuación, hasta los 49 puntos) hay que añadirle los seis que le endosó al Castellón, campeón del otro grupo, en los dos partidos de la final de campeones. Solo en otra ocasión en las trece últimas temporadas el Deportivo había alcanzado tal acierto. Fue en la campaña 2011-2012, en Segunda, cuando estableció la mejor puntuación de siempre en la categoría (91 puntos, aún no superados) después de anotar 76 tantos, muy cerca de los dos por partido. Disputó, eso sí, un par de partidos más que ahora.
Un 2024 casi perfecto
Apenas una derrota emborrona un año natural de dulce para el Deportivo. La derrota de enero en León es la única sufrida en sus 23 partidos, entre los que también figuran cuatro empates. Así, ha finalizado la temporada después de permanecer 21 veces invicto, la mejor racha de la tercera categoría después de que batiese en Castalia las 20 del Racing de Santander hace dos cursos. En el extremo contrario a este dato se encuentra el horrible 2019 blanquiazul en Segunda División, cuando el Dépor ganó doce de los 48 partidos que jugó, es decir, solo la cuarta parte.
De los 30.000 habituales a los pequeños Riazor de visitante
Los abarrotes del histórico estadio coruñés ya habían guiado al Deportivo a ser el mejor equipo local de la pasada campaña. Pero este curso ese protagonismo se compartió con los pequeños Riazor que acompañaron al Deportivo allá por donde fue. Se destacó así como el mejor visitante (11 victorias, cinco empates y tan solo tres derrotas, 38 puntos de 57 posibles), mientras protagonizaba, una detrás de otra, seis de las diez mejores entradas de Primera Federación. Actualmente ostenta el récord absoluto, registrado precisamente en el partido en que selló el ascenso matemático, contra el Barcelona Atlètic ante casi 32.000 espectadores.
Pero es que, solo unas semanas antes, había superado los 29.000 en el partido contra la Cultural Leonesa (29.079) y alcanzó los 28.000 en los encuentros de los meses de marzo contra el Lugo (28.112) y abril frente al Arenteiro (28.293). A estas cifras hay que añadir los 27.041 espectadores de la visita del Real Unión con que finalizó la liga, y los 26.556 espectadores que siguieron desde las gradas el Deportivo-Unionistas de Salamanca.
Hace solo unos meses el choque entre el Málaga y el Ibiza congregó a 26.130 espectadores en un estadio de La Rosaleda que ahora tiene el objetivo de llegar a los 30.000 en el duelo del próximo fin de semana contra el Celta Fortuna. Hay que recordar que la pasada temporada Riazor reunió a 28.828 aficionados en la ida del play off contra el Castellón y, un año antes, la final del ascenso frente al Albacete concitó a 27.215 espectadores. En marzo del 2023, 27.831 espectadores presenciaron el Murcia-Barcelona B en el estadio Enrique Roca.