El Deportivo, derrotado siete meses después

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El cuadro coruñés descubre la dureza de Segunda División, paga la novatada y cae 216 días después

17 ago 2024 . Actualizado a las 21:25 h.

Han tenido que pasar 216 días para que el Dépor conozca lo que es la derrota. Idiakez ya avisaba en la previa que la Segunda División iba a ser otra historia: «Llegamos de Primera RFEF, hay que ser humildes, saber de donde venimos y cuáles son nuestros rivales».

Desde el pasado 14 de enero no caía. Entonces, con el equipo zozobrando en Primera Federación, fue doblegado en León (/1-0). Se levantó el vuelo hasta encadenar 15 victorias y 4 empates, para una segunda vuelta perfecto que le permitió ascender de forma directa. Incluso en la eliminatoria de campeones, con un Dépor resacoso y repleto de bajas, también derrotó en los dos partidos al Castellón. Hasta el 8 de octubre hay que remontarse para recordar el anterior tropiezo en Riazor (ante el Celta Fortuna por 0-1).

Pero el Oviedo le demostró al Dépor que el fútbol profesional es otro rollo. Que los errores en las dos áreas se pagan muy caro. Se vio a los seis minutos, con la ingenua falta de Jose Ángel en el centro del campo que originó la tragedia del gol. Del Moral encontró una autopista entre Pablo Martínez, Pablo Vázquez y el resto de conos blanquiazules (jugadores inmóviles) que lo dejaron rematar con suma comodidad.

Y la Segunda es esto. Marcar y echarte a dormir. Ceder la iniciativa al rival para que se estrelle contra tu defensa una y otra vez, como plasmó el Deportivo en su estreno de Riazor.

Con todo, lo cierto es que el cuadro blanquiazul no fue un desastre. Aunque faltó fluidez en la salida de balón y chispa en la banda derecha (Mella estuvo muy bien sujeto); hubo ocasiones para lograr el empate. Solo en la primera parte, Lucas Pérez tuvo dos. En la primera, pecó de egoísmo por disparar en vez de buscar a Mella, solo en el segundo palo; y en la otra no se atrevió a chutar cuando el golpeo es su gran virtud.

Si fallas en las dos áreas estás muerto; aunque Yeremay y Mario Soriano protagonizasen las acciones más espectaculares del duelo. En el barro de Primera RFEF bastaban los destellos para sacar adelante los partidos; pero la Segunda es, sobre todo, eficacia. Solo así se entiende que el Leganés fuese el campeón del pasado curso.

Cuando Barbero saltó al verde para fajarse con los centrales ovetenses, muy cómodos hasta entonces porque Lucas Pérez escapaba continuamente de ellos para participar en la creación; Riazor se quedó viudo por el sacrificio de Yeremay. Sin el canario, el Dépor perdió el fútbol y el encuentro acabó inclinándose más hacia el Principado.

Faltaron ideas, también desde el banquillo, para voltear un partido que se decidió en las áreas. Bienvenidos a Segunda.