Volver a volver, el complicado reto del Deportivo

Miguel Rodríguez / P. G.

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR QUIAN

Las anteriores veces en las que el club coruñés cayó a la tercera categoría, regresó con velocidad a Segunda, pero tardó años en subir a Primera

28 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuentan los sabios que un pueblo que desconoce su propia historia, está condenado a repetirla. Por ello, huelga decir que el Dépor ya sabe lo que es presentarse en la categoría de plata subiendo desde el barro. Lo hizo en dos ocasiones: a mediados de los 70 y a inicios de los 80.

En efecto, el club ya atravesó anteriormente una longa noite de pedra, incluso más longa, incluso más negra. Hace medio siglo, la entidad blanquiazul inició una etapa oscura, muy modesta, donde sufrió dos descensos a Tercera y se mantuvo durante mucho tiempo fuera de la Primera División.

Como la vida es un juego de contrastes, lo cierto es que estos años fueron, precisamente, preludio de aquellos legendarios éxitos por los que el club, a día de hoy, permanece en el recuerdo de aficionados de todo el mundo. Está por ver si todos estos niños que se hicieron socios en estos tiempos, continuarán siendo imberbes cuando el Dépor vuelva a ser súper o, por el contrario, deberán esperar a la vejez, si es que los milagros suceden dos veces.

PRIMER REGRESO: 1975-76

Efecto rebote

La década de los 70 se recurda con amargura en la historia blanquiazul. El Dépor la inició con el estatus de equipo ascensor, que había conseguido regresar a Primera a cada descenso, e incluso, en alguna ocasión, conservar la categoría durante un par de campañas. En este contexto, llegó a la última jornada de la temporada 1972-73 con posibilidades de permanencia, pero cayó por 3-1 en un Vicente Calderón eufórico, que festejó el séptimo título liguero del Atlético de Madrid. Arsenio Iglesias, el entonces joven técnico que dirigía al equipo, puso rumbo al Hércules, donde logró resultados memorables.

Por el contrario, el Dépor, arrastrado por la deuda económica, malos fichajes y cambios de entrenadores ineficaces, finalizó antepenúltimo en la tabla, sellando un lamentable doble descenso.

Pese a ello, ya con un nuevo presidente, el club retornó de inmediato a la categoría de plata e incluso estuvo a punto de vivir la experiencia inversa.

En efecto, durante la temporada 1975-76 el equipo marchaba en puestos de ascenso directo al término de la primera vuelta de Segunda y llegó a colocarse líder a falta de un tercio de campeonato, pero no pudo asentarse y terminó quinto en la tabla. En los cursos posteriores, con nuevos cambios en el banquillo (por donde pasó el Balón de Oro Luis Suárez) y la inclusión de jóvenes promesas como Paco Buyo, fue equipo de mitad de tabla. Ya en el 1979, el Dépor experimentó un fuerte retroceso, salvándose en la penúltima fecha, y para el siguiente curso, acompañado del vecino Celta, volvió a caer a la categoría de bronce, renombrada como Segunda División B.

SEGUNDO REGRESO: 1981-82

Resurgir de las cenizas

También de la mano del Celta, el equipo volvió de inmediato a Segunda y pudo salvarse con tranquilidad en su temporada de regreso. Al año siguiente, con Arsenio de nuevo en el banquillo, el Dépor se posicionó en lo alto de la tabla y, en una de esas noches características, vio como el Rayo le quitaba el ascenso de los fuciños venciendo en Riazor en la última jornada, cuando bastaba un simple empate. En los años venideros el equipo se asentó en mitad de tabla y, tras la marcha de Arsenio al Compostela, en 1986 el club volvió a luchar por el ascenso, quedándose a un mísero punto del objetivo. En el curso posterior, fue la liguilla de promoción la que evitó la euforia. Por contraste, en 1988, al equipo, que marchaba en la parte baja de la tabla, le urgió recurrir al Bruxo, ya en su tercera etapa, para lograr una salvación milagrosa sobre la bocina.

Aquel golpe de suerte cambió el rumbo del club, dando forma a un nuevo proyecto en el que se encontraban Gonzalo Mella, padre del actual jugador del Deportivo, y un joven Fran González, acompañado de su hermano Jose Ramón, entre muchos otros.

En 1990, al equipo se le volvería a escapar el ascenso por muy poco, perdiendo por 0-1 ante el Tenerife, en el partido decisivo de la promoción. No sería hasta la temporada 1990-91, dieciséis años después del primer descenso al barro y tras cuatro grandes oportunidades perdidas, que el Dépor recuperó el estatus de Primera. Nadie imaginaba que, al poco tiempo, se empezaría a hablar de un tal súper.

 

La gesta del doble ascenso tiene varios precedentes

Es el sueño de todos los aficionados blanquiazules, la hazaña heroica que redondearía un proyecto exitoso, un relato mitológico. El del club que despegó como un cohete tras mirar a los ojos al abismo. Es, a fin de cuentas, el firme y público deseo de Lucas Pérez desde que regresó al Deportivo, como hijo pródigo.

Ahora bien, dirimiendo sobre si se trata de un objetivo factible o de una ocurrencia ingenua, debe decirse que la gesta se ha conseguido en media docena de ocasiones. Es una cantidad ínfima, teniendo en cuenta la extensa trayectoria del fútbol español, pero suficiente para asegurar que no se trata de un reto irrealizable. De hecho, el vecino Celta puede presumir de haberlo conseguido. Fue a principios de los 80 y bajo el liderazgo del técnico yugoslavo Milorad Pavic. En la temporada 1980-81, el equipo terminó primero del grupo I de Segunda B y al año siguiente, volvió a ser campeón liguero para regresar a Primera.

Diez años después, el Albacete de Benito Floro, bautizado como el Queso Mecánico, igualó la proeza, añadiéndole un poco más de épica, ya que logró así irrumpir en la élite por primera vez en su historia.

Un lustro más tarde, fue el Málaga quien celebró la hazaña. Le siguió otro equipo andaluz, el Granada, que entre el 2009 y el 2011 logró enlazar dos ascensos consecutivos, de la mano de un Ighalo pletórico, que entró de lleno en la historia del club.

En el 2014, un gol de Jota Peleteiro llevó al Eibar a la élite por vez primera, solo un año después de terminar segundo en la categoría de bronce. La gesta consagró a Gaizka Garitano como un entrenador de primer nivel.

En suma, la última vez que se dio un doble ascenso fue aquella noche en Son Moix. El Mallorca, que venía de subir en la promoción, remontó al Dépor en la vuelta de otro play off. Quizá una señal del destino, puestos a hablar de retos mitológicos.