Según fuentes consultadas, solo un auxiliar del conjunto alicantino entró al vestuario donde se produjo el supuesto robo en Riazor
21 oct 2024 . Actualizado a las 10:56 h.El caso del supuesto robo en el vestuario del Eldense durante el partido del sábado en Riazor trae cola. El Deportivo se remite al duro comunicado en el que duda de «la veracidad de los hechos imputados» por el equipo visitante. Este hizo constar en el parte policial de incidencias del partido que habían entrado en el vestuario para robar a sus jugadores y afirmó que este lunes va a presentar denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Elda. El club alicantino publicó el sábado a través de sus redes sociales que había sufrido «el robo de joyas, dinero y otros objetos de valor en el vestuario visitante». Algunas fuentes apuntaron que los objetos sustraídos serían una pulsera, dos pendientes, un anillo y 80 euros. Según ironizó luego el futbolista del Eldense Alan Godoy en sus redes, «mis pendientes y mi anillo desaparecieron por arte de magia».
El pasillo de vestuarios del estadio de Riazor está fuertemente vigilado y cuenta con dos únicos accesos. El más conocido, desde el terreno de juego, por el túnel y las escaleras que se abren entre los dos banquillos y la pantalla del VAR. Pero está descartado que alguien ajeno al partido que se estaba jugando pudiese entrar y salir por allí.
Solo queda, por tanto, una única forma de llegar, y esta cuenta con tres puestos de seguridad diferentes, custodiados por vigilantes privados. Por ellos entran en las horas previas al partido los futbolistas, técnicos y árbitros, así como todos los empleados que trabajan en el estadio. El primer control se encuentra en la puerta contigua a las taquillas y el portalón al lado de la Deportienda, ambas con dos agentes; a continuación, hay una garita de seguridad, justo delante del túnel de vestuarios y a los pies de la grada de Pabellón, donde se entrega la acreditación nominativa a cada persona que accede por allí.
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Y, superados estos registros, se pasa por otro específico hacia los vestuarios en el que está instalada una cámara. Además, ahí siempre se encuentra el mismo guarda, que conoce, por tanto, a buena parte de la gente que transita por allí. Al parecer, en el período en que supuestamente ocurrieron los hechos, este solo habría visto que, en torno al cuarto de hora de partido, pasó por este pasillo un utillero con una nevera.
De este modo, las primeras hipótesis policiales señalarían a este empleado, o a un robo interno por parte de alguien de la expedición del propio Eldense. Las autoridades estiman que burlar todos los controles supondría un esfuerzo y un riesgo muy altos por alcanzar un botín de unos cientos de euros. También les sorprende que no faltasen otros objetos de valor.
El Eldense publicó después del partido un mensaje en las redes sociales en el que afirma que «solicitará al club local que asuma los daños». El Deportivo contestó entonces con un duro comunicado en el que señaló que se va a asegurar de que la investigación llegue hasta las últimas consecuencias y se reserva «las actuaciones judiciales contra el Eldense a las que pueda haber lugar». El club alicantino rechazó este domingo contestar a las preguntas de este periódico. «Sabemos que la verdad es la nuestra y estamos tranquilos», añadió.