La bestia negra y la historia se unen contra el Liceo en San Sadurní

TORRE DE MARATHÓN

El equipo coruñés visita este domingo la cancha de un Noia que tiene en sus filas a Jordi Bargalló, el segundo veterano de la OK Liga, a punto de cumplir 45 años

23 nov 2024 . Actualizado a las 19:26 h.

San Sadurní de Noia es conocido en el mundo entero por dos cosas: su cava y su equipo de hockey sobre patines. De allí es el rival de este domingo del Deportivo Liceo (12.30 horas, OK Liga TV), su bestia negra de los últimos años y el conjunto que cuenta en sus filas con un hombre que encarna la historia viva de esta disciplina: Jordi Bargalló Poch (5 de diciembre de 1979), un jugador que, a punto de cumplir 45 años, mantiene la ilusión de un novato pese a acumular récords en su palmarés.

A lo largo de su cuarto de siglo como profesional del hockey, Bargalló suma más de seiscientos partidos entre selección y clubes y supera los setecientos goles (más de quinientos en la competición liguera). Unos números que no le hacen perder la perspectiva: «No persigo un récord. Juego porque me divierto. Llegó un momento en mi vida en la que vi que se acababa el hockey profesional como tal [hace tres temporadas abandonó el Oliveirense] y quise volver a casa. Ahora, compagino el trabajo con el deporte, mi gran pasión».

Deporte, trabajo —cuando estaba en A Coruña sacó el título de maestro y hasta este año ejerció de profesor de Educación Física en Noia; ahora es tutor en una academia de hockey a pocos kilómetros de su casa— y familia, pues tiene dos hijos coruñeses, que también le quitan horas de vida: «El otro día decía Jacobo Copa que dormía 9 horas. Ojalá pudiera hacerlo yo... No me da el día para tanto», se ríe.

Noia, Liceo, Igualada, Liceo, de nuevo, Oliveirense y, para retirarse, Noia, aunque esta palabra todavía no la tiene muy asumida: «Es cierto que alguna vez he dicho que lo dejaría esta temporada, pero creo que lo digo todas y luego sigo». De momento, no ya iniciado ningún ritual de despedirse de las canchas: «Tampoco creo que lo haga. Mi idea es, cuando llegue el día, acabar mi último partido y decir: ‘‘Señores, hasta aquí he llegado. Adiós''», reflexiona.

Hoy se medirá su exequipo, por decirlo de alguna manera, porque en su corazón sigue siendo liceísta. «Aquí estoy en mi casa y, obviamente, soy del Noia, pero el Liceo me dio mucho y me alegra verlo con tanta salud como tiene. Siempre seré feliz sintiendo a mi segundo equipo triunfar».

Después de una rotura de abductor que sufrió, precisamente, en A Coruña, durante la semifinal de la Supercopa, ya ha vuelto a la pista y hoy será uno de los puntales de un Noia que es quinto a cuatro puntos del Liceo.

El secreto para seguir cumpliendo años y estar ahí no es otro que la ilusión y las ganas de divertirse: «Nunca he llevado una vida desordenada. Tanto a nivel nutricional como físico me he cuidado, así que ahora no tengo que hacer grandes esfuerzos. Eso sí, el rendimiento va bajando», subraya el hombre al que solo Borja López, por medio año, arrebata el honor de ser el abuelo de la OK Liga.

Es casi la única marca que le falta, porque el palmarés de este jugador cuyo carisma llevó en su día s ser, incluso, imagen de la prestigiosa marca de perfumes Loewe y pregonero de las fiestas de A Coruña del 2011, incluye cinco Mundiales y cuatro Europeos con la selección, más allá de varios títulos nacionales e internacionales con el Liceo y el Oliveirense (entre ellos las Ligas española y portuguesa, y la Champions). Son los números de un hombre que llegó a tener una peña con su nombre en A Coruña.

Hoy se medirá al equipo en el que disfrutó durante años como en su casa. Un duelo en el que el Liceo buscará redimirse del tropiezo del pasado jueves en casa del Trissino. Antes de ello, había encadenado tres victorias consecutivas en la OK Liga, tras otras tantas derrotas. Pero, lo más importante, había alcanzado un nivel de hockey bastante elevado, con un nivel defensivo competitivo y una vistosidad en su juego, que había ilusionado a la afición.