Triunfo en Burgos, el Deportivo tenía un plan

Breogán Blanco

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR MANSO | LOF

19 ene 2025 . Actualizado a las 19:26 h.

Durante toda la semana se elevó la incertidumbre sobre las posibilidades de alineación que Óscar Gilsanz podría usar en El Plantío: 1-4-2-3-1 repitiendo el once de Málaga con la única novedad de Barbero por el intrascendente Bouldini. De antemano he de reconocer que me gusta la apuesta por la solidez en el doble pivote Mfulu-Jurado, sin embargo, la puesta en escena lastró ofensivamente al equipo.

Me explico. El Burgos acostumbra a defender con presión alta en los reinicios de los rivales y después esperar en bloque medio-bajo, desactivando el ataque combinativo del rival. Sin transiciones, el conjunto herculino se sentía cojo en la salida de balón, echando de menos al desaparecido Dani Barcia.

Llegamos al tema tabú, Lucas Pérez, y voy a posicionarme desde la objetividad: para mí no hay discusión, el jugador que más ocasiones genera de toda la categoría, debería estar sobre el verde. Prácticamente sin llegadas a las áreas por ambos bandos, el partido transcurría con relativa calma hasta que Óscar Gilsanz ajustó a la salida de los vestuarios. Todo ello parecía responder a un plan con Mfulu o Jurado incrustándose junto a los Pablos en una salida de 3; Obrador y Ximo ocupaban en amplitud los carriles; mientras que los dos canteranos, Soriano y Barbero en el carril central.

El equipo herculino fue adueñándose del balón, con un Burgos que cada vez sufría más para defender en bloque medio-bajo, tanto, que Mario Soriano anotó tras una buena jugada colectiva, y fallo de Cantero en el blocaje.

Me gustó reconocer un plan B si el A fallaba, eso es lo que se le pide a los estrategas, aquellos a los que delegamos las piezas del tablero. No me gustaron los cambios: jugar sin referencia, con Lucas de 9, hace un año y medio que no funciona. Volver a repetir la entrada de Jaime para intentar cerrar el partido no me disgusta, siempre y cuando no se modifique un sistema defensivo que apenas había sufrido, variar la dinámica y automatismos defensivos de un partido controlado pudo costar dos puntos.