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Denis Genreau: doble estreno en once minutos

TORRE DE MARATHÓN

LOF

Saltó al césped de El Sardinero en el 83, a tiempo de marcar su primer gol con el Dépor y ser expulsado por primera vez en su carrera

28 abr 2025 . Actualizado a las 22:05 h.

Denis Genreau no cruzó la cal hasta el minuto 83. Le acompañó Mohamed Bouldini para relevar juntos a Mario Soriano y Álex Petxarroman. De entre los que quedaban sobre el campo, Diego Villares emigró al carril, permitiendo al recién llegado ocupar su plaza en la medular. Allí se produjo el primer encuentro entre el australiano y el balón. Se lo robó a Maguette, circuló con él dividiendo marcas y se lo sirvió a Zakaria Eddachouri. El neerlandés estrelló en Mantilla su chut.

Ese disparo interceptado desencadenó una serie de saques de esquina hasta que la zaga cántabra logró alejar el cuero a la divisoria, donde lo esperaba Yeremay. El canario combinó con Cristian Herrera y este filtró un pase preciso al espacio hacia el que corría el portador del 2. Número extraño en área ajena, producto de un peculiar mercado de invierno del que también surgió un ariete vistiendo el 3. De vuelta en El Sardinero, Genreau se impuso en el cuerpo a cuerpo a Mario García, enviando al césped al lateral. Antes de que Javi Castro pudiera auxiliar a su colega, el futbolista del Dépor soltó un derechazo directo a la escuadra que llegó con violencia a la red. Primer tanto en blanquiazul. Antes había marcado cinco (en tres campañas y media) con el Toulouse y otros dos enrolado en el Macarthur de su país.

La urgencia del 2-1 redujo la intensidad de la celebración. Quedaba un suspiro y el descuento; hacía falta otro gol. Erigido en líder de los meritorios, se apresuró incluso a sacar de banda en el 86. Recibió Herrera, tiró la pared con Zakaria y volvió a jugar con Genreau. Centro inmediato a la frontal, permitiendo a Yere probar un disparo que tomó mal la curva y se esfumó.

En el 91, ya con los coruñeses acantonando al Racing, el líder del arrebato recibió escorado en la frontal para volver a intentar el golpeo; esta vez tenía ya encima a Zenitagoia para bloquear. Sin opción de respiro, él mismo sacó de esquina, en corto, para que Yere centrase sin encontrar rematador.

El colegiado había dado cinco de añadido y la prisa era tanta que condujo a la precipitación. En el 94, Villares recibió una falta en campo propio y el Dépor la sacó por partes. Primero, Hugo Rama hacia Pablo Martínez. Luego, el francés, insatisfecho con la puesta en juego del de Oroso, agarró la bola con la mano, la echó a tierra de nuevo y trató de enviársela a Genreau. El australiano se confío y la dejó correr, sin percatarse de la llegada de Andrés Martín. Cuando reaccionó, se la había birlado el rival. Sin más defensas protegiendo a Helton Leite, la única solución para evitar el mano a mano era el abrazo, penado con expulsión.

Como ocurrió con el tanto, la estrechez del marcador y el escaso margen de tiempo para equilibrarlo obligó a abreviar la protesta, reducida a un amago de desplazar la pelota mientras el portero ofrecía unas palmadas de consuelo, camino de nuevo hacia la línea de cal. Así de inmediato fue el doble estreno: única roja en ocho años de carrera y primera diana con su nuevo club.

La derrota le privó incluso de un mayor reconocimiento, aunque participó del elogio colectivo de Óscar Gilsanz: «Querría destacar, especialmente en este momento, la actitud de la gente que sale desde el banquillo, siempre con ganas de aportar». Difícil poder dar más.