
El equipo coruñés vence al Lleida (2-1) en el tercer partido del «play-off» de cuartos y espera al Reus el viernes en semifinales
27 may 2025 . Actualizado a las 23:39 h.Esto es el Liceo, papá. Un equipo capaz de sobreponerse a los errores, a los malos momentos, a los infortunios... y que, cuando peor lo tiene, se hace más grande. Lo demostró el sábado en el segundo partido del play-off de cuartos de la OK Liga, tras fallar en el primer partido. Y este martes lo corroboró derrotando por 2-1 al Lleida en un encuentro en el que mereció más, mucho más, y que le sirvió, por encima, de para pasar a semifinales, en donde lo espera el Reus, para meterse en el bolsillo a una afición que ya está deseando que llegue el viernes a las ocho y media para volver al Palacio.
Desde el inicio, el equipo verdiblanco se vio que estaba mascando el gol. Primero fue César Carballeira, quién, en el minuto 9, estrelló un penalti contra el casco de Sánchez, el mismo complemento que utilizó el portero para detener un palazo del Tato Ferrucio a los pocos instantes. No tardo mucho Nil Cervera en avisar con un disparo al hierro lo que se venía después. Era el minuto 14 cuando el dos del Liceo le pegó con el corazón y batió al meta ilerdense. El marcador hacía justicia a lo visto sobre la pista: un Liceo dominador frente a un Lleida que no conseguía jugar a lo que quería. De hecho, el tanto coruñés llegó cuando Edu Amat, técnico visitante, aguardaba que se parase la bola para poder dar instrucciones a sus hombres en el tiempo muerto solicitado.
Escasos dos minutos le duró la alegría a los locales. El Lleida supo sobreponerse al golpe y, aun cuando no era capaz de lograr que se jugara a lo que quería, se encontró con la fortuna de Jordi Badía supo aprovecharse de un barullo dentro del área para empatar. Vuelta a la casilla de salida, pero con un Liceo que sabía lo que tenía que hacer.
«Play-off» loco
Sin embargo, como estos cuartos de final estaban así de locos, este encuentro no pudo mantenerse al margen. El Liceo siguió controlando, pero las rencillas de los anteriores duelos pronto salieron a relucir con enfrentamientos entre jugadores. Entretanto, Bruno la estrellaba, de nuevo, contra el casco de Sánchez, quien al poco tiempo la salvaba sobre la línea de gol tras un remate de Ferruccio.
El duelo estaba intenso pero con sensaciones verdiblancas. Hasta que una azul discutible al Tato, a 1.58 del descanso, generó varias discusiones que terminaron con dos exclusiones más: a Carballeira y a Giménez. Serra detuvo la directa y el Liceo siguió controlando en el tres para tres hasta el descanso.
Tras la reanudación, quedaba pendiente el power play para el Lleida. Aguantaron como numantinos los coruñeses. Y ya con cuatro para cuatro se sucedieron las ocasiones: Nil solo ante el meta visitante, Bruno al palo y gol anulado a Ferrucio. Faltaba algo más de medio tiempo, los nervios estaban a flor de piel y Copa pidió tiempo muerto,
Pero el partido no estaba para pensar. Era más de corazón que de cabeza y el Liceo lo puso. Vaya si lo puso. Hasta que emergió la figura de Bruno Saavedra. Puro pundonor. Pura genialidad. El santiagués no quiso ser menos que Nil, así que lo emuló. Tras haber estrellado una contra el hierro, puso el alma para golpear una bola que hizo retumbar el Palacio. Gol y ocho minutos por delante para aguantar.
Volvió a pedir tiempo muerto Amat, pero el Liceo no estaba dispuesto a que le sucediera lo del primer partido, aguantó con coraje y aún tuvo ocasión de hacer el tercero a 4.36 para el final, cuando Tato erró una directa, fruto de la décima falta ilerdense.
Aprender de los errores
Quedaba un mundo y había que poner cabeza ahora sí. Aguantó el Liceo cómodo hasta el último minuto y medio en el que el técnico visitante retiró al portero para poner un quinto jugador de pista. Esta vez no hubo concesión. Los cuatro verdiblancos defendieron como si de uno solo se tratase. En armonía con la ensordecedora hinchada, moviendo la defensa como un acordeón y saliendo a cubrir cada disparo de un Lleida que esta vez no obró el milagro. El hockey fue justo con el Liceo, que se llevó la eliminatoria y ahora le espera el Reus en semifinales, el viernes a las ocho y media en el Palacio, al mejor de cinco.
Ficha técnica
Deportivo Liceo (2): Martí Serra, César Carballeira, Dava Torres, Arnau Xaus, Bruno Saavedra —cinco inicial—, Nil Cervera,, Jacobo Copa, Fabri Ciocale, Tato Ferruccio, Martín Rodríguez.
Lleida (1): Javier Sánchez, Nuno Paiba, Sebas Moncusi, Nico Ojeda, Jordi Badía —cinco inicial—, Darío Giménez, Chino Miguélez, Sergi Duch, Marti Zapater.
Goles: 1-0, min 14: Nil Cervera; 1-1, min 16: Jordi Badía; 2-1, min 42: Bruno Saavedra.
Árbitros: Miguel Díaz Cosme y David Cantos Bonales. Mostraron azul a los liceístas Ferruccio y Carballeira, y al ilerdense Giménez.
Incidencias: Tercer partido del «play-off» de cuartos de final de la OK Liga, disputado en el Palacio de los Deportes de Riazor ante unos 2.000 espectadores.