El entrenador del Fabril consigue aunar formación y resultados en una exitosa campaña del filial en Tercera División
21 sep 2015 . Actualizado a las 11:57 h.Manuel Mosquera ha conseguido que los aficionados de Abegondo vuelvan a ilusionarse con el Fabril. Tras 23 jornadas, el filial del Dépor ocupa la segunda posición en Tercera División, a cinco puntos del líder Pontevedra, pero sobretodo con una sensación de que el equipo va a más y de que no hay límites a la hora de soñar con algo grande.
El preparador coruñés cogió las riendas este verano de un equipo que el año pasado deambulaba con más pena que gloria por Tercera. Los resultados no llegaban al principio (tocó fondo en la jornada 9, con solo dos triunfos y el peligro de la zona de descenso acechando); pero su discurso nunca cambió. Hacia fuera, pedía tranquilidad y ensalzaba el esfuerzo de sus muchachos. Pero hacia dentro, en el vestuario, exigía como el que más, transmitiendo seguridad en todas sus decisiones a un grupo joven que encontró en el técnico a un líder en el que creer.
Nunca buscó excusas. Manuel Mosquera tuvo muchos problemas durante los primeros meses, con lesiones de jugadores importantes como Álvaro Queijeiro, Álex Pérez, Marcos Remeseiro, Cañi, Quique Fornos o Dani Iglesias, entre otros; a los que había que sumar un Sam Piette al que le costó arreglar su permiso residencia en España (problemas que arrastraba desde su periplo en Alemania). Sin embargo, el técnico nunca alzó la voz. Centró su energía en convencer y mimar a juveniles a los que fue subiendo de forma progresiva (en lo que va de Liga, ha dado minutos a Quique, Hugo, Ángel, Pancho, Pinchi, Álvaro y Fandiño).
Crecimiento
Los resultados son innegables (solo ha perdido un partido de los últimos catorce); pero a ello hay que sumarle una labor formativa evidente para los que se acercan a Abegondo cada quince días. El portero David (20 años); el central Róber (19); el lateral izquierdo Jorge Fernández (21); los extremos Cardoso (20) y Kim (20); y el delantero Dani Iglesias (19) han dado un paso hacia adelante y se están haciendo futbolistas de verdad. A ellos hay que sumarles las irrupciones del mediapunta Pancho (18) y del centrocampista Ángel (18), que sorprenden con su desparpajo; y el gran fichaje del internacional canadiense Sam Piette (20).
Manuel es inteligente. Sabe que ellos son un gran activo para el club, pero no los puede quemar dándoles toda la responsabilidad. Por eso, los rodea con "veteranos" de 23 años como Adrián Martínez, Iago López, Santi Taboada, Marcos Remeseiro, Cañi y Álex Pérez; jugadores que saben mantener la calma en situaciones comprometidas y sirven de ejemplo a los cachorros de la manada.
Es el método Mosquera. El que ha devuelto la fe u la ilusión en el filial del Deportivo. Aunque él, como siempre, dirá que el único mérito es el de sus jugadores.